Conversando Con El Carpintero

CONVERSANDO CON EL CARPINTERO (2)
S.Suasnábar

A la memoria de Menajem Lew, carpintero por vocación y elección
,y maestro de vida contra su voluntad.


IV - LA INCOMUNICACION

Cuando Cándido y su mujer llegaron a la casa del carpintero, éste había salido, pero debía estar de regreso en seguida, pues al salir él dijo que lo haría alrededor de la hora en que esperaban a lasvisitas.
Por este motivo, la conversación inicial fue entre los recién llegados y la hija del carpintero, quien estaba muy angustiada por la situación de una amiga suya que había perdido a su madre en esos días, y vivía un duelo muy cruento, pues su relación con ella había sido una larga cadena de confrontaciones, desencuentros, malentendidos y desinteligencias de todo tipo, pese a que no podríadecirse que no se amaran como madre e hija.
Bueno, ambas amigas discurrieron sobre esa situación, de la que parecían conocer bastantes detalles, apelando a sus respectivos arsenales de conceptos psicoanalíticos, por lo que Cándido se mantuvo atento, pero en silencio.
El sentía que, en este terreno, era un extranjero, mejor dicho, un expatriado, ya que él había vivido su romance con elpsicoanáisis y lo había dejado atrás, como posteriormente viviría sendos romances con los mormones, con el espiritismo y con el marxismo, todos los cuales fueron sucesivamente, también quedando atrás.
Por suerte para él, las mujeres no se interesaron mayormente en indagar su opinión al respecto, y pronto estuvo de regreso el carpintero y ambos pasaron al estudio, que fue el nombre con que elloscomenzaron a designar al vestíbulo, sede de sus conversaciones.
Cándido comenzó refiriéndole la conversación de las chicas, y su penosa sensación de que ese tipo de desencuentros familiares eran bastante frecuentes. Terminó confesándole que no lograba un enfoque satisfactorio del tema, salvo una conjetura de que el origen pudiera ser, aunque fuera solo en parte, la desproporcionada racionalizaciónque normalmente se aplica en esos casos, psicoanálisis incluido.
El viejo frunció el ceño y tardó unos segundos en comenzar a hablar :
• Me temo que yo no esté mucho mejor que Ud. al respecto.
Pero quizá sea un buen comienzo para examinar la cuestión con pocos y débiles prejuicios, pese a que, Ud. por su lado y yo por el mío, ya pusimos bastante empeño en comprender algo el problema.Fíjese que la literatura narrativa, teatral y cinematográfica, está colmada de ejemplos de personajes que se aman y se desgarran con torrentes de reproches mutuos y con diálogos de sordos.

Quizás Ud. leyó ese conmovedor texto de Sartre: Merleau Ponty vivant, que creo que publicó en su Temps modernes con motivo de la muerte de su amigo, camarada de militancia y Jefe de Redacción de aquella revista,que se publicó acá, en castellano, en un pequeño volumen con el título Historia de una amistad, que es la versión que yo leí Es una evocación tan dolorosa, tan acongojante, debido a que su muerte abrupta aconteció justamente en medio de un distanciamiento entre ambos, que Sartre esperaba ansiosamente superar y la muerte frustró implacable su esperanza. Aquí Sartre ilustra con su experienciavital, con una contundencia superior a la de sus textos filosóficos y a la de sus mejores ficciones, su angustia existencial. Y lo hace recapitulando minuciosamente todos los actos y palabras de ambos que habrían inducido, o tal vez provocado, ese malentendido que nunca existió, según él mismo califica su distanciamiento irrecuperable.

Pero la presentación perfecta de la incomunicación humana creoque es la que el mismo Sartre hace en su pieza teatral A puerta cerrada, en la cual toda la obra transcurre en una habitación en la que están encerrados un hombre y dos mujeres, desconocidos entre sí y que llegaron allí después de muertos, en calidad de condenados al Infierno. El tema central es la relación entre los tres personajes, que el oficio magistral del dramaturgo presenta en una...