conversió,arrepentimiento y penitencia

Revista Bíblica
Año 36 - 1974
Págs. 105-112
[105]
CONVERSIÓN, ARREPENTIMIENTO Y PENITENCIA
Luis Fernando Rivera
Se habla mucho de conversión; pero no siempre se destacan los valores que le asignan los
evangelios. En este artículo, eL autor explica los matices propios de cada evangelista y
puntualiza a qué se refiere ineludiblemente la ‘metanoia’ cristiana.
Con el precursor delexistencialismo, S. Kierkegaard, la penitencia llegó a significar -casi
cómo en la época de los profetas Jeremías Ezequiel- un cambio dramático que si pronosticaba
una era de emancipación y liberación, sin embargo hacía gustar la penetrante amargura de la
impotencia e incapacidad. La última esperanza de Israel fue que Dios mismo iría a intervenir
en una acción única y exclusiva para realizar en pro delhombre lo que se comprobó
imposible de obtener mediante el hombre. Efectivamente para Kierkegaard la penitencia
conducía a una situación límite en la que el hombre vivía el derrotismo de su propia libre
elección. De esta manera, el filósofo danés separaba inadecuadamente penitencia de fe, y
trocaba a aquélla en una marcha sin meta y en un quehacer sin modelo.
Pero la conversión, así como sepracticó a través de los siglos en la vida ascética y en los
movimientos de renovación, sufrió una simplificación de mayores consecuencias y hasta en
cierto sentido un “vaciamiento". La conversión como penitencia se redujo frecuentemente a
sacrificio, mortificación y negación. Hacer penitencia significó optar por el ideal de "abstine
et sustine" -que podría traducirse “Abstente y aguanta".
Esimportante y urgente, máxime, con ocasión del Año Santo en

[106]
el que se trata de retomar el sentida más auténtico del cristianismo, volver al motivo de la
metanoía para descubrir su dinamismo propio, frente a un hecho único: el de Cristo que está
presente hasta el fin de la historia (Mt 28,20).
La penitencia de los evangelios nos abre una nueva dimensión, nos proyecta una nuevarealización e introduce en la vida una nueva posibilidad. De modo que la conversión resulta
un movimiento de doble efecto. Hay algo que caduca y a lo que se vuelven las espaldas. Pero
también -y esto se le hubiera podido advertir a Kierkegaard- no hay conversión sin fe (es la fe
la que en definitiva provoca la conversión).
Pero veamos qué es lo que nos enseñan los evangelios sobre la conversión y quéaspectos de
este doble efecto son subrayados con mayor insistencia.
MARCOS
La conversión puede concebirse como un imperativo de la existencia sólo si acontece un
indicativo que invita y abre a una nueva posibilidad. Marcos sintetiza la primera predicación
de Jesús con estas palabras: "Predicaba el evangelio de Dios diciendo que el tiempo llegaba a
su plenitud y el reino de Dios se estabaacercando; convertíos y creed en el evangelio" (1,14
s).
La metanoia significa literalmente conversión, giro de 180°, apartamiento radical de lo que
hasta el presente se había constituido en ideal, seguridad, garantía o medio para triunfar en la
vida. Pero sin la fe esta conversión no tiene norte ni chance.
Frente a una paradoja -el Cristo que se hace bautizar con un bautismo de conversión pararecibir el Espíritu Santo- no resta otra cosa que hacer un acto de fe. Pero de ahora en adelante
el centro de la religión dejará de ser la doctrina o la cosa -y hasta podría decirse Dios mismopara centrarse en el hombre Jesús de Nazaret de Galilea.
Todavía no hemos sacado todas las consecuencias del misterio central cristiano: el de la
encarnación. No lo hemos tomado suficientemente en serio.Aun cuando Marcos no tenga
una historia de infancia, sin embargo vuelca todo el peso de la encarnación en la historia del
bautismo de Jesús.
Después del segundo sumario de Marcos (1,32-39), donde se narra un día completo de la
actividad de Jesús, siguen 7 escenas en una escalada que presenta el drama del desenlace. Los
protagonistas son Cristo y las autoridades oficiales. En está sección,...