Copy of El Cartel Lácteo y la Política contra la Leche de Soya
Este ensayo se propone defender, en primer lugar, de manera directa y objetiva el
derecho que tiene a ser llamada Leche de Soya, la bebida blanquecina, proteica, en
forma de emulsión, de carácter nutricional que se obtiene de la maceración, infusión y
filtración a partir de los granos de soya y en segundo lugar a cuestionar políticas fiscales
en varios países que afectan con gravámenes diferenciales a la leche de soya.
Según la definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la
LECHE
es un líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos,
y que sirve para alimentar a sus crías. Son aceptadas entre otras definiciones la de
líquido blanco que segregan algunos vegetales y también líquido más o menos
concentrado que se obtiene macerando determinadas semillas en agua y luego
machacándolas… entiéndase entonces: leche de coco, leche de soya, leche de pepinos,
leche de almendras, etc. Más allá de este concepto, en nuestro diario acontecer
encontramos descripciones de toda índole, referidas a sustancias lechosas, de aspecto
lechoso, y en aplicaciones farmacológicas o cosméticas encontramos leche de magnesia
o leche de pepinos y en el recetario criollo leche de burra relacionada con un postre
tradicional. Y tan así, vemos como una galaxia fue bautizada: "La Vía Láctea". En
minería y procesamientos de productos químicos de origen orgánico o minerales, es
común denominar a algunas soluciones como
lechadas para un nombre genérico de
muchos productos intermedios y finales. Las sabias obtenidas de algunos árboles como
la papaya o el caucho son llamadas lechadas. En el ánimo de legislar instrumentando
limitaciones a la nomenclatura que se le pueda asignar a la bebida obtenida de la
infusión de los granos de soya, podemos imaginarnos entonces que la motivación ni es
semántica ni técnica. Es muy probable y en casos se ve descaradamente que es producto
del "lobby" generado por productores y empresarios asociados a la explotación
agropecuaria y/o la industria láctea que por celos y miedo a la competencia quieren
restringir las posibilidades de este vital alimento de penetrar los canales regulares del
mercado hacia la despensa y el estomago del consumidor. Es intención de este
documento justificar el uso del concepto “Leche de Soya”. Debemos abogar para que en
algunos países la legislación o los organismos reguladores competentes, no restrinjan la
palabra leche asociada a la soya. La Leche de Soya en todo su derecho tiene un nombre
bien merecido y justificado.
En el diario uso de expresiones encontramos referencias tan variadas y diagonales como
Que
buena leche! …para expresar suerte, sin referencia a lácteos; o
, le sacó el jugo a la
inversión
… sin referirse a frutas. En forma muy paralela se observa que hay productos en mercados asiáticos formulados con
leche de maní y otros nuevos que están surgiendo
en el área de leche de almendras y en muchas recetas se utiliza como ingrediente
principal la leche de coco. Todos estos elementos harían presuponer que pudiese haber
una resistencia u oposición al uso coloquial de “Leches” en distintos contextos, sin
embargo la oposición sólo la vemos en el uso de “Leche de Soya”. El motivo es obvio:
La leche de soya está compitiendo con el producto blanco y líquido obtenido de las
vacas, la competencia es dolorosa y la industria agropecuaria está acostumbrada en casi
todo el mundo a compensar ineficiencias con subsidios y políticas proteccionistas. Los
gobiernos de muchos países sostienen ...
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