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La violencia social prolongada.
Su impacto en los patrones de subjetividad adolescente.
Luis Carlos Mercado.

Identificar e interpretar las situaciones de riesgo actuales en la infancia y la adolescencia, constituye un primer paso imprescindible para responder a los nuevos desafíos en la promoción, prevención y tratamiento de estas problemáticas.
Como bien plantea Gruner: “nos encontramosinmersos en una situación de crisis del pensamiento que muchas veces dificulta la percepción de nuevas formas de dominación y violencia (objetiva y subjetiva) que supone la posmodernidad, formas que adoptan características extraordinariamente complejas, ambivalentes y contradictorias”. (5)
Los estímulos sociales han cambiado notablemente en los últimos años. Estamos inmersos en una sociedadcaracterizada por la rapidez de los cambios y el pasaje de una modalidad de expectativas tradicionales a un sistema regido cada vez más por la competencia, la incertidumbre y la exclusión.
El choque cultural, la ausencia de valores propios, la anomia (factores relacionados con una crisis de identidad que afectan a muchos jóvenes), se asocian con manifestaciones de patología psico-social (drogadicción,accidentes, fracaso académico, depresión, violencia no delictiva, alcoholismo, delincuencia, suicidio) y agravan sus consecuencias.
La década de los 90 se ha caracterizado por el cierre progresivo de empresas e industrias y un aumento alarmante de los índices de desocupación u subocupación.. El trabajo se tornó escaso e indecente con un pronunciado fenómeno de exclusión social de bastas franjaspoblacionales. El pacto social, que caracterizó al Estado de Bienestar con un estado garante de la equidad, resultó disuelto, dando lugar a un estado reducido en sus funciones y reemplazado por el mercado y a un ciudadano restringido a la condición de consumidor. (1)
En este nuevo ordenamiento social el sujeto es desconocido como tal y sufre la vivencia profunda de ser invisible, la desolaciónde no ser oído ni tenido en cuenta. Aparecen en la comunidad sentimientos de orfandad y de que no hay a quien dirigirse. Esto provoca un efecto de desconstrucción de la subjetividad. (2, 3)
Las consecuencias de esta forma de violencia social sostenida en el tiempo puede generar desaliento paulatino, pasividad, individualismo, búsqueda de soluciones mágicas y creencia en un destino social trágicoque debilita la capacidad de futurización y desalienta la defensa de los derechos civiles.
Esta violencia social prolongada se caracteriza por el establecimiento de cierto discurso autoritario del poder. Surge del incumplimiento por parte del Estado de sus funciones expresas en la Constitución Nacional, sea por exceso o por defecto. Se caracteriza por la pérdida del conocimiento de las reglasque rigen la interacción social. Se basa en la transgresión de la ley intituída.
Los nuevos paradigmas imperantes han generado una marcada reducción del espacio vincular y de socialización. Ha ocurrido una masiva desarticulación de los ejes de pertenencia social y un debilitamiento de las construcciones colectivas.
Las consecuencias de esta violencia crónica sobre el aparato psíquico es la deconfusión y parálisis. Se pierde la posibilidad de reconocer el peligro del mundo exterior. Se producen fenómenos de autosegregación o autoexilio con la ruptura consiguiente de los intercambios sociales de todo tipo. También se ve inhibida la posibilidad de instrumentar acciones. Se produce la ausencia de dilemas y cuestionamientos. El sujeto cada vez acepta más lo que desaprueba. La resultantereactiva social es la de una enajenación masiva. El temor a la exclusión social, genera mecanismos de negación de la realidad, de sometimiento masoquista a la fuerza enajenante, a la renuncia de los propios valores y a la adopción de los valores del poder sometedor. (4, 8)
¿ Esta violencia social prolongada , actúa como estímulo o como quiebre en la dirección del desarrollo de la subjetividad del...