corazones rotos

Páginas: 11 (2572 palabras) Publicado: 17 de marzo de 2013
Uno
Cuando tenía cinco años, caminé hasta el altar con el hombre de mis sueños.
Bueno, dejémoslo en «el niño» de mis sueños. También tenía cinco años.
Conocía a Nate Taylor prácticamente desde que nací. Su padre y el mío eran
amigos de la niñez y, todos los años, Nate y sus padres pasaban el verano con mi
familia. Mi álbum de recuerdos de la infancia está llenode fotos de los dos:
bañándonos juntos, de bebés; jugando en la casa del árbol del jardín trasero y —mi
preferida— disfrazados de novios en miniatura en la boda de mi prima. (Poco
después, colgué la foto con orgullo en la pared de mi cuarto: yo, con mi vestido
blanco; Nate, con su esmoquin).
Todo el mundo bromeaba y aseguraba que algún día noscasaríamos de verdad.
Nate y yo también lo creíamos. Nos considerábamos la pareja perfecta. No me
importaba jugar a la guerra con Nate, y él llegó a jugar con mis muñecas (aunque
nunca lo admitió). Me empujaba en los columpios y yo le ayudaba a organizar sus
muñecos de acción. Nate opinaba que estaba preciosa con mis coletas, y yo pensaba
que era muy guapo (incluso en su breveetapa de gordinflón). Sus padres me caían
bien, y a él le caían bien los míos. Yo quería un bulldog inglés y Nate, un pug. Los
macarrones con queso eran mi plato favorito, y el suyo también.
¿Qué más podría pedir una chica?
Para mí, esperar con ilusión la llegada del verano equivalía a esperar con
ilusión a Nate. Como resultado, casi todos mis recuerdos tenían que ver conél:
Mi primer beso (en mi casita del árbol, cuando teníamos ocho años. Le
propiné un puñetazo y, luego, me eché a llorar).
La primera vez que cogí de la mano a un chico (cuando nos perdimos
durante una yincana en tercero de primaria).
Mi primera tarjeta de San Valentín (un corazón de cartulina roja con mi
nombre escrito).
Mi primera acampada (cuando teníamos diezaños, instalamos una tienda
en el jardín trasero y nos pasamos la noche a la intemperie, solos los dos).
La primera vez que engañé a mis padres adrede (el año pasado me monté
sola en el tren a Chicago para ver a Nate. Les dije a mis padres que iba a
dormir en casa de Tracy, mi mejor amiga).
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Elizabeth Eulberg
El Club de los Corazones Solitarios
Elizabeth Eulberg
El Clubde los Corazones Solitarios
Nuestro primer beso
de verdad
(catorce años. Esta vez no me defendí).
Después de aquel beso, mi entusiasmo por la llegada del verano se incrementó.
Ya no eran juegos de niños. Nuestros sentimientos eran auténticos, diferentes. El
corazón ya no era de cartulina: estaba vivo, latía… Era de verdad.
Cuando pensaba en el verano, pensaba en Nate. Cuandopensaba en el amor,
pensaba en Nate. Cuando pensaba en cualquier cosa, pensaba en Nate.
Sabía que aquel verano iba a ocurrir. Nate y yo estaríamos juntos.
El último mes de instituto me resultó insoportable. Inicié la cuenta atrás de su
llegada. Salía de compras con mis amigas en busca de ropa para gustar a Nate.
Incluso me compré mi primer biquini pensando en él. Organicé mihorario de trabajo
en la clínica dental de mi padre adaptándolo al horario de Nate en el club de campo.
No quería que nada se interpusiera entre nosotros.
Y entonces, sucedió.
Allí estaba.
Más alto.
Más mayor.
Ya no era sólo guapo, sino
sexy.
Y era mío.
Quería estar conmigo. Y yo, con él. Parecía así de simple.
Al poco tiempo, estábamos juntos. Por fin, juntos de verdad.
Solo que no fue elcuento de hadas que yo había esperado.
Porque los chicos cambian.
Mienten.
Te pisotean el corazón.
A fuerza de desengaños, descubrí que ni los cuentos de hadas ni el amor
verdadero existen.
Que el chico perfecto no existe.
¿Y esa adorable foto de una inocente novia en miniatura con el chico que algún
día le partiría el corazón?
Tampoco existía.
Me quedé...
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