Corralito de villa montes
En las Europas emergían el nazismo de Adolf Hitler, en Alemania, y elfascismo de Benito Mussolini, en Italia.
El presidente Daniel Salamanca se trasladó hasta el teatro de operaciones para ‘ajustar’ cambios en la cúpula militar. No percibió que el poder del Estadohabía cambiado de lugar y de titular y que él solo representaba a una oligarquía decadente, la rosca del estaño, que exigía al Gobierno y al Ejército “pisar fuerte en el Chaco”.
La historiografía siguesosteniendo que Bolivia perdió la guerra. Esa es una verdad a medias.
Una oficialidad de jóvenes guerreros, indígenas, campesinos y de clase media había sellado, con sangre derramada en las trincheras,un bloque de unidad política como expresión generacional.
El líder amado por la tropa era el Cap. Germán Busch Becerra. Chiquitano, nacido en la hermosa ciudad de San Javier de Ñuflo de Chávez yformado profesionalmente en el Colegio Militar en La Paz. Al final de la contienda era ya una leyenda viva.
Por eso, en momentos cruciales era natural que encabezara las acciones igual que como lohacía en el campo de batalla.
El Ejército de Bolivia escribió en esa guerra páginas de gloria y de amor a la patria. El desértico Chaco no tenía una sola gota de petróleo.
El Ejército detuvo ‘en seco’al invasor en las faldas del Aguaragüe durante los cinco días de la gloriosa batalla de Villa Montes.
Cuando el Ejército invasor se quedó sin aprovisionamiento, retrocedió. En eso están de acuerdotodos los historiadores. Pudo lanzarse una contraofensiva que hubiese llevado a los bolivianos hasta las puertas de Asunción.
La Standard Oil y la diplomacia de Saavedra Lamas en Argentina hicieron...
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