corrientes eléctricas

NOS HAN DADO LA TIERRA
Johana: Cuatro hombres caminando por un camino seco y unas tierras desiertas por fin encuentran un pueblo.
Entran todas caminando haciéndonos las cansadas Paula y Fernanda adelante y liced y gabi atrás.
Paula (es el hombre que esta contando la historia): “tengo calor, ni un árbol a aparecido para cubrirnos de este tormentoso sol”
Fernanda(Faustino): “y ni agua nisemillas para comer “
liced (Melitón): “¿oyeron eso?”
gabi(Esteban): responde si, si son los perros
(ay ponemos el sonido de perros ladrar)
Johana: se ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran losperros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca. Hemos venido caminando desde el amanecer.
Fernanda: (dirijiendose a liced le pregunta) Que horas son?
Liced: (mirando al “sol” ) son algo así como las cuatro de la tarde.
Paula: (susurrando y mirándolas) Somos cuatro.dos adelante, otros tres atrás. Miro más atrás y no veo a nadie. ¿"Somos cuatro."? Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos, pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más que este nudo que somos nosotros.
Faustino (Fernanda) dice: -Puede que llueva.
(Todas levantan la cara y miran el techo)
Liced: es una nube negra y pesada.
Y todas dicen en coro: "Puedeque sí."
(y siguen caminando alrededor del salón)
Johana: No dicen lo que piensan. Hace ya tiempo que se les acabaron las ganas de hablar. Se les acabaron con el calor. Estarían platicando muy a gusto en otra parte, pero allí cuesta trabajo. Platican alli y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Allí así sonlas cosas. Por eso a nadie le da por platicar.
Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un salivazo. Cae sola.
(colocamos sonido de una gota callendo, todas paran y miran al piso, obviamente hacia un mismo punto y luego miran hacia al cielo “buscando” mas gotas con la esperanza que llueva)
Paula: No llueve.
Gabi: la nube aguaceracorre muy lejos, a toda prisa.
Paula: (frustrada mirando la “Nube” ¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh?
(siguen caminado)

Johana: El viento que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras azules de los cerros. Y a la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed. Volvieron a caminar. Sin poder ver llover.
Fernanda: amí se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andado. Se me ocurre eso.
Liced: De haber llovido quizá se le ocurrieran otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi llover nunca sobre el llano, lo que se llama llover.
Gabi: No, el Llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. A no ser unos cuantos huizaches trespeleques y una que otramanchita de zacate con las hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada.
Paula: aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina. Yo siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien.
Fernanda: Por acá resulta peligroso andar armado. Lo matan a uno sin avisarle, viéndolo a toda hora con"la 30" amarrada a las correas.
Liced: Pero los caballos son otro asunto. De venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río, y paseado nuestros estómagos por las calles del pueblo para que se les bajara la comida. Ya lo hubiéramos hecho de tener todos aquellos caballos que teníamos.
Gabi: Pero también nos quitaron los caballos junto con la carabina.
miren el Llano. Tanta y tamaña...