corrupcción de la verdad
LA CORRUPCIÓN DE LA VERDAD
1. OPINIONES Y CERTEZAS
A lo lejos se ve una figura humana... ¿o es quizá un árbol? No lo sé. Ahora parece que se mueve; sí..., creo que se está acercando. ¿Es hombre o mujer? Imposible, a esta distancia.
El convencimiento que un hombre posee sobre la verdad de sus conocimientos admite grados. El más bajo se llama duda, y consiste en fluctuar entre laafirmación y la negación de una determinada proposición, sin inclinarse hacia un extremo de la alternativa más que hacia el otro. Por encima de la duda está la opinión: adhesión a una proposición sin excluir la posibilidad de que sea falsa. Por tanto, es un asentimiento débil.
La opinión es una estimación ante lo contingente, ante aquello que puede ser o no ser, ser de una forma o de otra. Elhombre se ve obligado a opinar porque la limitación de su conocimiento le impide alcanzar siempre la certeza (puede llover o no llover; puedo morir dentro de dos, doce, treinta años... ). La libertad humana es otro claro factor de contingencia. Por eso, hablar sobre la configuración futura de la sociedad o de nuestra propia vida, es entrar de lleno en el terreno de lo opinable. Lo cual no significaque todas las opiniones valgan lo mismo. Si así fuera, se ha dicho maliciosamente que habría que tener muy en cuenta la opinión de los tontos, pues son mayoría. Séneca decía que las opiniones no debían ser contadas sino pesadas.
No todo es opinable. Lo que se conoce de forma inequívoca no es opinable sino cierto. Por tanto, no puedo tomar lo cierto como opinable, ni viceversa: no puedo opinarque la Tierra es mayor que la Luna, ni asegurar con certeza que la República es la mejor forma de gobierno.
La certeza se fundamenta en la evidencia, y la evidencia no es otra cosa que la presencia patente de la realidad. La evidencia es mediata cuando no se da en la conclusión sino en los pasos que conducen a ella. No conozco a los padres de Antonio, pero la existencia de Antonio evidencia lade sus padres, la hace necesaria. La existencia de Antonio, al que veo todos los días, es para mí una certeza inmediata; la existencia actual o pasada de sus padres, a los que nunca he visto, también me resulta evidente, pero con una evidencia no directa sino mediata, que me viene por medio de su hijo.
La condición limitada del hombre hace que la mayoría de sus conocimientos no se realicen deforma inmediata. Son pocos los hombres que han visto las moléculas, los fondos marinos, la estratosfera o Madagascar. La mayoría de los hombres tampoco han visto jamás, ni verán nunca, a Julio César o a Carlomagno. Sin embargo, conocen con certeza la existencia de esas y otras muchas personas y realidades.
Su certeza se apoya en un tipo de evidencia mediata: la proporcionada por un conjuntounánime de testigos. En un caso, la comunidad científica; en otro, las imágenes de todos los medios de comunicación; y si se trata de hechos o personajes del pasado, los testimonios elocuentes de la Historia y de la Arqueología.
Estas evidencias mediatas se apoyan no en propios razonamientos, sino en segundas o terceras personas. Si no admitiéramos su valor, la ciencia no progresaría, no existiríala enseñanza, apenas se viajaría, leer no tendría sentido... Es decir, si sólo concediésemos valor a lo conocido por uno mismo, la vida social, además de estar integrada por individuos ignorantes, sería imposible. Por tanto, es necesario y razonable dar crédito, creer.
¿Puede tener certeza quien cree? Sabemos que la certeza nace de la evidencia. ¿Qué evidencia se le ofrece al que cree? Sólo una:la de la credibilidad del testigo. El que no ha estado en América cree en los que sí han estado y atestiguan su existencia. El que nunca ha visto a Hitler cree a los que sí lo vieron. Y antes que Hitler, Napoleón, el Cid o Nerón. En todos estos casos es evidente la credibilidad de los testigos. Y entre esos casos debemos incluir los que dan origen a algunas creencias religiosas. Por eso, la fe...
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