Cortazar

Reseña de libro. Cortázar: New Readings, Carlos Alonso (ed.), Cambridge, 2009
Lo que primero salta a la vista en la edición de Carlos Alonso es que los 11 artículos, salvo una excepción, se concentran en cuentos, relatos cortos y poemas de Julio Cortázar. Esta constatación, parece volver completamente explícito el acuerdo entre la crítica de la obra del Argentino, que señalaba la superioridad desus cuentos sobre sus novelas. Y resulta sintomático que la inclusión de el único análisis detenido sobre Rayuela en el libro consista precisamente en su señalar su caducidad estética y ética (su anacronismo, como sugiere Neil Larsen en su artículo “Cortázar and Postmodernity: new interpretive liabilities”). No es este el espacio para resolver un debate entre lo finito (Larsen) o lo infinito(Alonso) de la obra de Cortázar, ya que, por supuesto, lo valioso es el debate mismo. Pero sí podemos señalar, dadas las escasas referencias a Rayuela en el libro, una señal de posible agotamiento de la actualidad de la novela. En una alusión cargada de cinismo extraída de Rayuela, Larsen lee a Cortázar desde Cortázar mismo, para sintetizar su tesis sobre la caducidad de su novela: “But he had endedup without words, without people, without things, and, potentially, of course, without readers”, tal como dice Rayuela misma.

En esa dirección, es significativo, tal como señala José Luis de Diego en su texto compilado en 2004 –bajo el sugestivo nombre de “El silencio de Cortázar”-, que “la figura central de Cortázar como un escritor central de la literatura argentina de nuestro siglo contrastacon el estrechamiento progresivo de la producción crítica de su obra” (51). De hecho, es notorio que esa colección, titulada 20 años sin Cortázar, indica asi mismo el desplazamiento hacia sus cuentos y poemas. La actualidad de Cortázar pasa pues por otro Cortázar: “The very question this anthology addresses: How indeed can one read Cortazar today?”, comenta Alonso en su introducción (3).
El libroestá dividido en cuatro partes. La primera, Reading Cortázar Today, quizás la de mayor distancia crítica con respecto a Cortázar mismo, sitúa su narrativa no sólo con respecto a los escritores latinoamericanos contemporáneos (como en el artículo de Ana María Amar Sánchez), sino con respecto a la idea misma de América Latina, sus divisiones sociales, las sinsalidas de la constitución del continentecomo una identidad lisa y sin fisuras (como hacen Jean Franco y Neil Larsen); en esta sección, resuenan críticas previas a Cortázar como la de David Viñas, Jaime Concha y Ricardo Piglia. La segunda parte, Cortázar Reads Cortázar, presenta lecturas ceñidas estrictamente al interior de la prosa de Cortázar, close readings que parecen evocar, especialmente en el enigmático artículo de Andrew Bush, laforma en que Cortázar hubiera querido leer sus propios relatos. Reading politics es la tercera sección, donde Alberto Moreiras y Frederick Luciani exploran los contactos y contaminaciones, e indicios que sugieren, la imagen (fotográfica y cinematográfica) en algunos trabajos del escritor argentino. Finalmente, en The Ethics of Reading en la que Doris Sommer y Aníbal González presentan unanálisis, en un tono deconstruccionista, de El perseguidor, y de Recortes de Prensa respectivamente.

Evocar este tono nos lleva a la cuestión de la relación de Cortázar con la posmodernidad, ya tratado entre otros en 1986 por Jaime Alazraki, en su texto “La postmodernidad de Julio Cortázar”, y como recientemente ha sido tematizado, de manera un tanto celebratoria, por Santiago Colás. Esta posturacelebratoria, parece hacer parte también de la introducción escrita por Carlos Alonso. En efecto, Alonso afirma que “when read in this vein, Hopscotch –published in 1963- anticipates by a few years the radical questioning of structuralism that marked the end of the sixties in critical theory and has come to be identified with the works of Jacques Derrida” (13). Sin entrar a problematizar ésta más que...