Cosa de mujeres

Cosa de mujeres
Paulina Matta


Hace muchos años atrás, cuando no hacía mucho que había cumplido los treinta y tenía dos hijos pequeñitos, me cayó un día de golpe en la cabeza este asunto del "género", y la vida no volvió a ser nunca la misma, para mal de mis pecados. Hermosa frase "para mal de mis pecados", como las que usaba mi abuela María y que, si uno las piensa, maldito el significadoque tienen, pero, ¡cómo servían para aseverar el mundo!
Pero yo hablaba de mi encuentro con el género.
Fue una mañana, en la galería de mi casa en Valparaíso, desde donde se divisaba el cerro Esperanza trepando hacia el oriente y la quebrada que lo divide de Recreo, donde acaba Viña y empieza el puerto y por donde sube a gritos el viento los días de temporal. Creo que había sol, pero no estoysegura. Sí recuerdo con certeza que era temprano, que yo usaba una horrible bata rosada de nylon, de esas corrientes en ese tiempo en que no habíamos descubierto que la única elegancia era la del algodón y la lana, la seda y el lino para las que pueden. Venía de preparar las mamaderas de mis hijos, así con mi horrible bata rosada, y allí parada, frente al ventanal de la galería y el bello Valparaíso,mi marido me dijo ya no recuerdo sus palabras exactas me dijo que, con lo inteligente que yo era, por qué no me dedicaba a algo más que a las mamaderas, algo donde de verdad pudiera desarrollarme. . . o algo así. Es como hoy interpreto la buena voluntad de sus palabras. En ese tiempo, y confieso que hasta hace muy poco, entendí que me decía que hiciera algo que valiera la pena, no andar entreollas y pañales como una tonta latosa. El salió de la casa, y lo siguiente que recuerdo es yo llorando a mares en mi bata rosada, llorando sin consuelo, como también decía mi abuela María y mi mamá y ahora digo yo. Es que me gustaba tanto ser mamá, y de un zuácate (busco zuácate, o suácate, en el diccionario. No existe. Pero sí dice que "zuaca" [chilenismo] es "un calzado más grande que elzueco". ¿Zuácate será entonces una patada en el trasero con un calzado más grande que un zueco?). Entonces, de una muy inmensa patada en el trasero me encontré con esto del género, que en ese entonces no se llamaba así, por supuesto, sino que andaba más bien por algo de las mujeres que sólo se preocupaban de las ollas y los pañales, y las que eran inteligentes. Yo era de las primeras. Durante muchosaños me había levantado temprano en las mañanas, iba al mercado ("la cultura de la pobreza", que le dicen: uno compraba para el día) y me paseaba entre los canastos comparando frutas, verduras, pescados, carne. Esto era en Lima, donde uno no iba al mercado, sino a "la plaza". Cuando nació mi hija, iba con ella en su cochecito. Las mujeres de la plaza se hicieron entonces cargo de su alimentación. Queno le des papa blanca (trataban de tú, y uno les decía "mamitas"), la papa blanca es muy ligosa; tienes que darle papa amarilla, ésa es para las guaguas. Ya puedes empezar a darle camote. Toma, lleva pejerreyes, que la carne es suave para la bebé y es fácil sacarle todas las espinas. Y después quedé embarazada del hijo, y ellas controlaron mi embarazo. Que tienes que comer hígado, para fortalecerla sangre. Pero, mamita, no me gusta el hígado. Entonces betarraga, y espinacas. Estás pálida hoy. Come tunas, te harán bien para la náusea. Y yo volvía a la casa, que era en un cuarto piso sin ascensor, y la Estelita, que vivía al frente, iba ella o me mandaba a alguno de los niños para que me subieran el coche o los canastos. Si no estaba, los subía yo. Mi casa era linda, limpia como una patena(decía la abuela). Yo cocinaba, y me encantaba cocinar. Hervía toda la ropa de los niños, porque así lo hacía mi mamá. Me gustaba el olor de la lavaza hirviendo, y los pañales albos. Hacía sopas especiales para las guaguas, con posta y verduras que después pasaba por cedazo. Tenía una ollita chica para eso, que todavía tengo, aunque ya tan abollada que da pena mirarla. No había colados Nestlé...