cosas de la vida
Ser consecuente en el valor de la democracia supone un estilo de concebir las relaciones políticas para que sus formas se ajusten a las dos coordenadas que fundamentan el ejerciciodel poder del pueblo: la universalidad de decisión y la igualdad de oportunidades.
La equivalencia de la decisión de cada ciudadano sin distinción de clase, sexo, credo, inteligencia, salud, etc. esuno de los más logrados progresos para realmente considerar la soberanía de la voluntad popular realmente asentada.
Muy posiblemente aún quepa el perfeccionamiento mediante el reconocimiento delderecho de sufragio a los inmigrantes enraizados, ya que ellos realmente contribuyen con su trabajo a la construcción de la sociedad de acogida y de alguna manera sus intereses se entrelazan en unproyecto común no suficientemente significado en lo que a la política corresponde.
Con independencia de los futuros mejoramientos estructurales, la democracia como sistema responde con el axiomade: un hombre, un voto, como expresión absoluta de igualación en la participación. Es por ello que el reconocimiento del derecho a sufragio universal se ha constituido en el emblema de su naturaleza.La otra coordenada de la democracia es la que reconoce una igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos sociales, entre los que por su dimensión políticadestaca el de ser elegido representante de sus conciudadanos en todas las estancias de la vida política.
Esta segunda dimensión de la democracia, que es la que la configura verdaderamente en libertad,pasa con frecuencia más desapercibida y es esquivada con muchos disimulos por los grupos de poder.
La democracia o administración del poder por y desde el pueblo exige para todos los ciudadanosuna similar posibilidad, al menos teórica, de proponer y canalizar la sensibilidad social de cada persona y grupo. De ahí que para hacer posible esa realidad la democracia se articule en partidos,...
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