cosas
Todo ello estátambién en La puta de Babilonia, un ensayo, se diría, pero muy a la manera de Vallejo. Un ensayo que es también una interminable imprecación en el estricto sentido del diccionario, proferir palabrascon que se expresa el vivo deseo de que alguien sufra mal o daño, fundada en el mal y daño que ese alguien –la Iglesia Católica– ha causado a lo largo de los siglos; un magnífico repertorio deinsultos, un lujo de pirotecnia verbal; un ensayo en el sentido clásico, desde luego, escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito; y una apasionada defensa delos animales, otro tópico esta vez personal y recurrente de Fernando Vallejo. Sin notas a pie de página ni bibliografía, el escritor colombiano funda la eficacia de su requisitoria en el poder dellenguaje y extrema sus recursos hasta límites que pueden ser difíciles de tolerar para lectores no advertidos, pero no por ello renuncia a la exposición de hechos. Más allá de la denuncia iracunda que...
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