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Páginas: 4 (878 palabras)
Publicado: 18 de julio de 2013
Eduardo Miño: La tristeza incendiada
“No supiste morir, porque tu propia tristeza se incendió”, reza la estrofa de una canción que el grupo Los Bunkers le regaló hace años a Eduardo Miño, unhombre que quedó grabado a fuego en la memoria de todo un país.
Por Pablo Villagra Peñailillo
El día 30 de noviembre del año 2001, poco antes del media día, una protesta de pescadores y unacto por el Día de la lucha contra el SIDA copaban las inmediaciones del palacio de la Moneda. Alrededor, cientos de santiaguinos caminaban en todas direcciones presurosos y distraídos, entre lasautoridades presentes, Michelle Bachelet, quien era ministra de Salud.
La calma calurosa que anuncia el verano se rompe en segundos cuando un hombre arde de improviso. Por un instante se congela la sangrede los presentes y sobre el cemento frío que rodea el Palacio de Gobierno, se retuerce Eduardo Miño, un trabajador de la empresa Pizarreño victima de Cáncer Pulmonar o Asbestosis.
Segundos antesEduardo Miño había tomado un cuchillo y había abierto su abdomen, intentando, quizás, dejar escapar un poco de su sufrimiento. Luego, sólo se roció con combustible y se prendió fuego. La prensa detitular barato informó, al otro día, que la gravedad de su enfermedad y una serie de problemas económicos habían gatillado su decisión. Verdad a medias, por llamarlo de algún modo, dirán a coro quienesle quisieron.
Mientras su cuerpo arde de injusticias bajo el sol del medio día, este hombre de 52 años se nos queda grabado en la memoria. Más tarde, en la intimidad vergonzosa de nuestra comodidadhogareña, muchos intuimos que su acto no era un simple suicidio, sino que un profundo acto de rebeldía. Lo cierto es que Eduardo gritó fuerte sus penas, sufrimientos y soledades, y lo hizo junto a unpuñado de sus vecinos, todos ellos agotados de ver como sus vidas se apagaban en cada respiro.
Pero el abesto asesino alojado por años en sus pulmones obreros no mató a Miño, tampoco la desidia...
“No supiste morir, porque tu propia tristeza se incendió”, reza la estrofa de una canción que el grupo Los Bunkers le regaló hace años a Eduardo Miño, unhombre que quedó grabado a fuego en la memoria de todo un país.
Por Pablo Villagra Peñailillo
El día 30 de noviembre del año 2001, poco antes del media día, una protesta de pescadores y unacto por el Día de la lucha contra el SIDA copaban las inmediaciones del palacio de la Moneda. Alrededor, cientos de santiaguinos caminaban en todas direcciones presurosos y distraídos, entre lasautoridades presentes, Michelle Bachelet, quien era ministra de Salud.
La calma calurosa que anuncia el verano se rompe en segundos cuando un hombre arde de improviso. Por un instante se congela la sangrede los presentes y sobre el cemento frío que rodea el Palacio de Gobierno, se retuerce Eduardo Miño, un trabajador de la empresa Pizarreño victima de Cáncer Pulmonar o Asbestosis.
Segundos antesEduardo Miño había tomado un cuchillo y había abierto su abdomen, intentando, quizás, dejar escapar un poco de su sufrimiento. Luego, sólo se roció con combustible y se prendió fuego. La prensa detitular barato informó, al otro día, que la gravedad de su enfermedad y una serie de problemas económicos habían gatillado su decisión. Verdad a medias, por llamarlo de algún modo, dirán a coro quienesle quisieron.
Mientras su cuerpo arde de injusticias bajo el sol del medio día, este hombre de 52 años se nos queda grabado en la memoria. Más tarde, en la intimidad vergonzosa de nuestra comodidadhogareña, muchos intuimos que su acto no era un simple suicidio, sino que un profundo acto de rebeldía. Lo cierto es que Eduardo gritó fuerte sus penas, sufrimientos y soledades, y lo hizo junto a unpuñado de sus vecinos, todos ellos agotados de ver como sus vidas se apagaban en cada respiro.
Pero el abesto asesino alojado por años en sus pulmones obreros no mató a Miño, tampoco la desidia...
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