Costos
Por Klaus Ziegler
Cada religión tiene su dios particular, con sus atributos propios y preferencias nepóticas.
Los budistas enseñan que Buda fue concebido en forma milagrosa para ser el salvador del mundo. Los hinduistas creen en la transmigración de las almas, y justifican las terribles injusticias contra las “castas inferiores” como castigo por la malaconducta en vidas pasadas. Para los cristianos, Jesús es hijo de Dios, mientras que para los musulmanes es una aberración que Dios tenga hijos.
En los libros sagrados, lo prohibido, lo sancionable, lo deseable y lo justo, cambia según los caprichos de la cultura y la época. Por ello, que se haya establecido una clara diferencia entre delito y pecado es, sin duda, uno de los alcances másgrandes de la Ilustración y la corriente racionalista. La separación de la Iglesia y el Estado es una tendencia en el mundo desde la edad moderna, y hace parte de la mayoría de las constituciones nacionales. No obstante, está lejos de ser un universal: en la Unión Soviética el ateísmo fue durante décadas la doctrina estatal, mientras que en los países islámicos la legislación emana directamente delCorán, y las enseñanzas del profeta Mahoma son la fuente del derecho y la política.
En occidente, la tenue línea que separa el estado laico del religioso se ve cada vez más amenazada ante la creciente influencia de poderosos grupos de cristianos fanáticos, especialmente en Estados Unidos. No olvidemos que hace un par de años uno de estos grupos demandó a la BBC por la transmisión de la opera profanaJerry Springer. Y en Colombia, en 2005, el director de la revista SoHo, Daniel Samper, tuvo que responder ante un fiscal por publicar en su revista fotos de “La pasión de Alejandra Azcárate”, consideradas por algunos creyentes indecorosas y blasfemas.
Una sociedad en que se pueda castigar lo que algunos juzguen sacrílego, profano u ofensivo, sería el mayor anhelo de esa caterva de republicanosintransigentes a los que pertenece el predicador Pat Robertson y la exgobernadora de Alaska, Sarah Palin; y muy del agrado —podría uno imaginar— de católicos recalcitrantes como el Procurador Alejandro Ordoñez o el candidato José Galat.
A quienes creen deseable un estado teocrático fundamentado en la Biblia, y teniendo en cuenta que las leyes de Dios son inmutables y eternas, sería precisopreguntarles cómo encajar en la actual legislación algunos de sus mandamientos, como aquel que hace lícito poseer esclavos, siempre que se adquieran en naciones vecinas (Levítico 25:44). O cómo juzgar a los adúlteros y homosexuales: ¿acaso habría que quemarlos vivos como se ordena en el Levítico 20:14? Y en cuanto a la fiesta brava y otras tradiciones bárbaras que tanto le preocupa preservar alProcurador, cabría preguntarle si ¿tal vez no sería preferible que algunos toros fueran incinerados en el altar del Señor, como se ordena en el Levítico 1:9?
¿Son estas enseñanzas morales, compasivas, justas o razonables? ¿Acaso no se ordena en la Biblia la destrucción de pueblos enteros y se instiga a la masacre de niños, ancianos, enfermos y desvalidos? ¿Cómo podemos aceptar como guía moral un libroque incita a la venganza y aconseja el salvaje “ojo por ojo, diente por diente, y miembro por miembro”? Y ni hablar de la tolerancia o el respeto a las creencias de los demás cuando todo el que disiente es lapidado, y donde se ordena al esposo a denunciar a la esposa incrédula para darle muerte.
Y en cuanto a la sabiduría allí encerrada (que por ser palabra de Dios no puede tener errores), elsueño de más de uno de estos fanáticos religiosos ha sido suplantar el currículo escolar que enseña la teoría científica de la evolución, por el relato bíblico del Génesis y la historia de la creación del hombre en el huerto del Edén, y por otras formas soterradas de religión disfrazada de ciencia, como el creacionismo o la teoría del diseño Inteligente. En el país que sueñan estos ignorantes,...
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