Crítica de cuento
Yo encuentro en este cuento una pintura costumbrista. El escritor nos regala el recuerdo de una época pasada. El hecho acontece en una casa dondese comparte el patio, probablemente un inquilinato (se pide a los vecinos suspender la música de radio, medio de comunicación de hace tiempo); estas casas que ya no existen en Pacífico y si existenestán muy cambiadas: es el barrio del viejo Palermo, hoy de moda con otros nombres y arquitectura remozados. También es una época lejana en el modo de la ceremonia del “velorio”. Actualmente sólo se velaen sus domicilios -y muy raramente- a personas de familias de abolengo generalmente muy mayores y de condición económica destacada. El resto alquila un recinto donde se vela al muerto;generalmente se suspende el velatorio por la noche y se reanuda temprano en la mañana. Esto en Buenos Aires.
Narrado en primera persona del plural el autor nos llama también a la reflexión desde otrosespacios: Y nos dice: “Mi prima segunda, la mayor, se encarga de cerciorarse de la índole del duelo, y si es de verdad, si se llora porque llorar es lo único que les queda a esos hombres y a esasmujeres entre el olor a nardos y a café, entonces nos quedamos en casa y los acompañamos desde lejos”. Aquí el duelo es genuino. Según el autor se subraya que hay una manera “verdadera” de llorar lamuerte. Se descarta que el duelo sea ficticio. Continúa: “Pero si de la pausada investigación de mi prima surge la sospecha de que en un patio cubierto o en la sala se han armado los trípodes del camelo,entonces la familia (la intrusa protagonista del relato) se pone sus mejores trajes, espera a que el velorio esté a punto, y se va presentando de a poco pero implacablemente.”. En este caso se relatade qué modo se ataca la simulación, el afán de “quedar bien”, la conducta “conveniente” en el peor sentido. Es con la forma de parodia como destaca la falsedad. La farsa de la familia en duelo...
Regístrate para leer el documento completo.