Crítica de la marginalidad en medellín

Crítica de la marginalidad en Medellín.

“Cuando doy alimento a los pobres me llaman santo y me alaban...Cuando pregunto por qué los pobres no tienen alimento me llaman comunista y se enojan”
(Helder Camara).

Por Carmen Alicia Patiño Valencia.

Abstract: Este texto elabora una crítica de la marginalidad en Medellín, desde el contexto actual, y desde lo que se ha venido dando un poco enla historia de la ciudad respecto a la modernización y arquitectonización de ella, pero incluyendo un enaltecimiento de la labor de los marginados de Medellín.

La “historia de ciudad no contada”, es la historia de la marginalidad, es la historia de los sin nombre, es el cuento que nunca se ha contado, de los que no tienen voz, pero que como la negra “Jale”, se hacen oír con sus cantos de barriobuscando la manera de sobrevivir en un mundo que les cierra los medios y las oportunidades para subsistir.
La historia de la marginalidad, es la historia de Colombia, de América Latina y de todos esos países que han sido los alimentadores de los baúles del tesoro de las potencias, de los países del mal llamado primer mundo, porque ellos no es que hayan sido los primeros de nada, simplementetienen el papel de explotadores en este mundo antagónico de oprimidos y opresores.
Es precisamente en un barrio, como el Limonar, en donde se plasman experiencias de vida, que narran el sufrimiento del desplazamiento, el dolor del desarraigo, el padecimiento de dejar los cimientos de la estructura de su vida, de su familia, de su comunidad, alejándose de las bases, que los formaron, que losconstituyeron en la sociedad, y que les creó ese apego, no sólo material a su barrio o lugar de habitación, sino también un vínculo afectivo y emocional con el entorno donde han estado ubicados toda la vida.
Lo anterior, ha sido lo que le ha ocurrido a distintas y tantas familias que ubicadas en un lugar por muchos años, como el barrio La Iguaná, les tocó trasladarse a la periferia de Medellín, inclusomucho más allá, después de cruzar un municipio, Itagüí, en ese sector, los reubicaron, lejos de su lugar de origen. Es así, como se marca el cambio, el inicio de una nueva vida, empezando desde cero, y se reconstruye todo un barrio, toda una nueva vida, desde unos pequeños cimientos se comienza a labrar de nuevo la vida desde la marginalidad y el desarraigo.
La visión de un Estado, de unadministrador, que piensa, como se decía por los políticos argentinos, dirigiéndose a los pobres de la ciudad: “para habitar la ciudad deben merecerla”. Es evidente que así se piensa también en Colombia, y particularmente en Medellín, ya que, ¿por qué siempre que hay reubicaciones de personas que habitan en barrios pobres, se les envía, a estos que son los más necesitados, los que más sufren, los que sealimentan mucho menos por la escasez de sus recursos, a lugares apartadísimos de la ciudad, que están lejos del centro de esta, es decir, se les reubica a kilómetros de la zona urbana?, ¿por qué esa actitud discriminativa, esa posición de desprecio y de aminorar a estas personas, que son la mayoría del mundo? No tiene otra explicación el comportamiento de una administración, sino sólo la fraseanteriormente citada, porque el Estado sólo piensa en lejanías cuando se trata de ubicar a los pobres, a los sin nombre, a los que no salen en las revistas por cualquier movimiento de mano que hacen, o porque pasearon, o porque cambiaron de novia, o se casaron, o tuvieron un hijo, o se ganaron un óscar. Es el mensaje que sólo se puede entender de una administración que sólo tiene una perspectiva, deque la ciudad es para la gente de bien, para los que tienen con qué consumir, con qué gastar, para los buenos, mientras que los que no tienen con qué, “los que escogieron ser pobres” o que “no son pobre por maldad”, (como dice Susanita, la sin igual amiguita pequeña burgués de Mafalda), a esos hay que despreciarlos, a esos no se les puede dar, sino caridad, porque derechos, como el habitar la...