Crónica
De cómo Natalí salvo a su hija del secuestro
Hace calor en el Centro Comercial Metrocenter, a las tres y media de la tarde. Las risas de Natalí y su pequeña hija de un año, se confunden entreel bullicio de la gente.
Natalí Muñoz de 28 años acaba de comprarle un par de zapaticos a su bebé y ahora va a buscar un reloj a la joyería. En cuestión de segundos el brillo de una navaja congela surisa. Frente a ella una mujer cuarentona, mal vestida y mal oliente, sostiene con aplomo el arma blanca.
-¡Dame a la niña!- le gritó y agarro con fuerza uno de los brazos de la pequeña. Comenzó unforcejeo y entre el desespero de la madre y la violencia de la agresora Natalí cayó al suelo con su hija entre los brazos, evitando que la antisocial le arrebatara a la luz de sus ojos y con la fuerzamás grande la protegió entre el fuerte forcejeo.
Se comenzó a acercar la gente y las rodeo, Natalí valiéndose de su habilidad en las artes marciales supo controlarse y utilizarlas con inteligenciapara evitar cualquier daño a lo más hermoso que la vida le pudo regalar. Con su hija en un brazo y el otro despejado, entre golpes y patadas, logro soltar a la secuestradora de la niña. Al ver a sualrededor observando rebullicio comenzó a gritar pidiendo auxilio, su hija lloraba inconsolablemente, la antisocial de la rabia le alcanzo a arrancar los zarcillos de plata a Natalí y en medio de sudesespero la agresora intento escapar. Natalí con las orejas ensangrentadas y adoloridas, ojos llorosos pero bendecida por el logro de conservar a su pequeña junto a ella.
Los testigos del hecho gritaban“Atrapen a esa delincuente” y a pocos metros fue capturada por efectivos de la policía municipal de Libertador, intento resistirse pero lograron detenerla.
Hedor a difuntos, Natalí está sentada adoce pasos del consultorio del médico forense; todavía le duelen las lesiones que le infligió la antisocial, frente a sus ojos ve una pared sucia que da cuenta del deterioro del lugar, impactada de lo...
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