crónicas de un viaje sin vuelta

18 de octubre

Sigo en este viaje. El mareo no me permite navegar como de costumbre. Es más, no he navegado como acostumbro desde hace mucho tiempo. Eso es triste, pero no me rindo. Tengo claro miobjetivo, buscar ese reconocimiento del pueblo, ese reconocimiento que me fue negado el día en que partí a este viaje. El reconocimiento que me negué a mí mismo cuando lo tenía todo en mi ciudadnatal, y mi viejo orgullo nunca me permitió ver más allá de mis manos egoístas. Ahora, sentado en mi camarote, mientras afuera está en calma, y la noche cubre de su soledad mi corazón, escribo en unavieja bitácora lo que siento, hasta que la parca muerte lleve a este viejo viajero. Me detengo un segundo, para transcribir mis siguientes líneas en el papel, y caen como tromba las ideas, algunas buenas,algunas malas. Sacudo la cabeza, y sigo escribiendo.
Hoy vino a buscarme un fantasma. Un fantasma que no veía desde hace tiempo. Ese fantasma era mi confidente muchos años atrás en el pueblo. Muchasveces le mentí a él, muchas veces se enojó, pero nunca dejo de confiar en mí. Es un fantasma con vestimentas del siglo pasado, y muy refinado. Habla muy bien, y es educado y refinado pero un tantodespistado. Él me dijo para que lo acompañe a una reunión en su mansión. El me llevaría y me traería. Él sabe que me gustan las reuniones que da mi amigo el fantasma. Aun así, no quería ver la siluetaimpregnada en el muro de su mansión. Esa silueta me recordaba muchas cosas de mi pueblo, antes de partir. Con voz temblorosa le dije que no, y que lamentaba no poderlo acompañar. Él se fue, con latristeza en sus ojos, y con un dejo de compasión por mi situación.
Observo por un momento las arrugas de mis manos. Esas mismas manos que toco al ángel más dulce que la vida me podía entregar. Estasmanos que mataron al demonio que más odiaba. No sé si arrepentirme de mi destino, o enorgullecerme de mi logro. Aun así, sigo navegando. Debo estar orgulloso de la gente que me acompaña, pero también me...