Crónicas vampríricas 5
Crónicas Vampíricas V
Memnoch El Diablo
Anne Rice
Título original: Memnoch The Devil
A
Stan Rice, Christopher Rice
y
Michele Rice.
A
John Preston.
A
Howard y Katherine Allen O'Brien.
Al
hermano de Katherine, John Allen
y al tío Mickey.
Al
hijo del tío Mickey, Jack Allen,
y todos los descendientes de Jack.
Y al
tío Marian Leslie,
que aquellanoche se encontraba en el Corona's Bar.
Os dedico este libro
con cariño a vosotros
y a todos los de vuestra especie.
LO QUE DIOS NO HABÍA PREVISTO
Duerme bien,
llora bien,
ve al pozo profundo
tan a menudo como puedas.
Trae agua
cristalina y reluciente.Dios no había previsto que la conciencia
se desarrollara de forma tan
perfecta. Pues bien,
dile que
nuestro cubo se ha colmado
y que
puede irse al diablo.
Stan Rice,
24de junio de 1993
LA OFRENDA
A aquello tangible o intangible
que impide la nada,
como el jabalí de Homero,
que amenaza
con sus blancos colmillos
cual feroces estacas
con destrozar a seres humanos.
A ello ofrezcoel sufrimiento de mi padre
Stan Rice,
16 de octubre de 1993
DUETO EN LA CALLE IBERVILLE
El hombre vestido de cuero negro
que compra una rata para alimentar a su pitón
no pierde el tiempo en detalles superfluos.Se conforma con cualquier rata.
Cuando salgo de la tienda de animales
veo a un hombre en el garaje de un hotel
que talla un cisne en un bloque de hielo
con una sierra eléctrica.
Stan Rice,
30 de enero de 1994
PRÓLOGOMe llamo Lestat. ¿Sabéis quién soy? En caso afirmativo podéis saltaros los párrafos siguientes. Para quienes no me conozcan, quiero que esta presentación sea un amor a primera vista.
Fijaos en mí: soy vuestro héroe, la perfecta imitación de un anglosajón rubio de ojos azules y metro ochenta de estatura. Soy un vampiro, uno de los más poderosos que han existido jamás. Tengo unos colmillos tanpequeños que apenas resultan visibles, a menos que yo quiera, pero muy afilados, y cada pocas horas siento el deseo de beber sangre humana.
No es que la precise con mucha frecuencia. En realidad, desconozco la frecuencia con que la necesito, puesto que jamás he hecho la prueba.
Poseo una fuerza monstruosa. Soy capaz de volar y de captar una conversación en el otro extremo de la ciudad, eincluso del globo. Adivino el pensamiento; puedo hechizar a la gente.
Soy inmortal. Desde 1789, no tengo edad.
¿Un ser único? Ni mucho menos. Que yo sepa, existen unos veinte vampiros en el mundo. A la mitad de ellos los conozco íntimamente, y a la mitad de éstos los amo.
Añadamos a esos veinte vampiros un centenar de vagabundos y extraños a los que no conozco, pero de quienes oigohablar de vez en cuando, y, para redondear, otro millar de seres inmortales que deambulan por el mundo con apariencia humana.
Hombres, mujeres, niños..., cualquier ser humano puede convertirse en vampiro. Lo único que necesita es un vampiro dispuesto a ayudarle, a chuparle una buena cantidad de sangre y después dejar que la recupere mezclada con la suya. No es tan sencillo como parece, pero...
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