Cr Nica

Crónica de una fonda antioqueña en la que el tiempo se detuvo
En la cantina 'La Jonda', en Sonsón (Antioquia), se reviven costumbres antiguas del pueblo.
Caminando a paso lento, con sombrero puesto ya ritmo cauteloso, baja Efrén Pérez por la
empinada y pedregosa carrera 6 de Sonsón, también conocida como la ‘calle del pecado’.
Sus ojos azules miran a su alrededor, tratando de familiarizarse conel entorno. Luego se posan en
su hijo Germán, de 50 años, y en ‘Gallinazo’, un pequeño de 13 que les sirve de guía. Su mirada
parece decirle una sola cosa: “Soy un foráneo en mi propia tierra”.
Nadale es familiar, excepto la pobreza. Los niños que en otros tiempos se aglomeraban para
saludarlo, ahora lo hacen para mendigarle. Cuatro de ellos lo cercan y se pelean como buitres la
única moneda de200 pesos que logra sacar antes de que ‘Gallinazo’ los espante.
Continúa su camino. Los antiguos campesinos, ataviados con alpargatas, poncho y carriel fueron
cambiados por jóvenes con cadenas tanextrañas como sus cortes de cabello, y cuyas miradas lo
llenan de inseguridad. El pequeño guía les hace apurar el paso.
Varias cuadras más abajo llegan a su destino: La Jonda. Efrén nunca llegó aconocerla pues fue
construida hace 14 años, cuando él abondonó la tierra que lo vio nacer para buscar fortuna en
Medellín. Al entrar, se sintió como en casa.
En el interior, la gritería de los niños y jóvenesen la acera se acalla dándole paso al sonido de tiples
y guitarras que entonan Año y Medio, una guasca tan antigua como la decoración del lugar.
El color de las paredes y los balcones del exterior sedesvanece, y un tono ocre envejecido se
adueña del lugar plasmándose en mesas y butacos tallados en madera, también en las sillas de
montar al lado de la barra, y en trastes tan antiguos y oxidadosque bien podrían ser parte de un
museo. Todos desplegados y amontonados en las paredes y techo del local.
“Esto sí es Sonsón”, exclama Efrén con una sonrisa que ensancha las arrugas que tiene...