CR TICA Las Nubes Saer
María Azucena Villoldo
Resumen: Los espacios literarios no son simples plataformas de los acontecimientos, como los presentó tradicionalmente la crítica literaria o como a veces imagina el lector desprevenido. Ellos resultan del mismo proceso creativo que genera toda la obra , por lo tanto vale"leerlos" o "re-leerlos" para acceder a las razones profundas de la trama literaria, especialmente luego de los aportes de Walter Benjamin, Gilles Deleuze, Gastón Bachelard, Hillis Miller y Michel De Certeau, entre otros grandes pensadores contemporáneos.En este artículo se analizan los espacios de, Las Nubes, novela del escritor argentino Juan José Saer.
Introducción
Además de Walter Benjamin,cuya concepción renovó profundamente la interpretación de los espacios urbanos creados por la literatura, otros pensadores como Gilles Deleuze, Gastón Bachelard, Hillis Miller y Michel De Certeau aportaron nociones -desde perspectivas psicológicas, filosófícas, y fenomenológicas- que facilitan una mirada pormenorizada y profunda para leer o releer los espacios literarios, es decir para buscar ensu grado de referencialidad, distorsión, invención o simbolismo, el origen creativo de su representación.
Desde esos aportes, y superando las simplificaciones con las que la crítica tradicional redujo los espacios literarios a meros escenarios de los hechos, Beatriz Sarlo (1997) establecerá significativas diferencias entre espacios representados, espacios imaginados y espacios textuales, según lasoperaciones discursivas que los configuren. De modo que a partir de ellos podemos justificar como espacio, toda composición discursiva que los funde a través del léxico, del establecimiento o búsqueda de límites o de desplazamientos internos que lo constituyan como lugar, al margen de que sus ejes nominadores sean toponímicos, culturales o poéticos.
El espacio literario recobra, así, sunaturaleza discursiva y su estatus semiótico de posible acceso a las razones de la trama narrativa. Desde esa perspectiva, y recurriendo a nociones de Gilles Deleuze y de Bachelard, justificaremos nuestra interpretación del impulso generador de espacios en Las Nubes (1997) del escritor argentino Juan José Saer.
Un primer diseño: el textual
A la vista del lector, la primera opción estructural de Saer estrastocar la cronología de los hechos y llevarnos a 1804 mediante un antiguo recuso: la transcripción de papeles hallados. Sin embargo, no repite con ello la simple tradición de producir un efecto de verosimilitud significativamente opuesto al de ficción literaria. Llega mucho más allá porque antes ha instalado un personaje-interpretante de esa transcripción, y al ser ella en sí misma unainterpretación de otra interpretación de unos hechos que el lector también interpretará, ambos recursos fundan el primer espacio -abigarrado, concéntrico y textual-, en el que nuestra lectura hará su itinerario.
En efecto, una crónica hallada y transcripta esta vez en un remozado soporte electrónico , llega desde la Argentina a París para ser leída y juzgada como auténtica o ficcional, propósito que instalael conflicto transversal a todos los planos de la obra: ¿hasta dónde es posible representar fidedignamente el acontecer? , un tema –a la vez- recurrente en Saer para enfrentarnos con la incierta naturaleza del tiempo y del espacio.
Soldi, quien envía el diskette con la crónica, explica:
…me distraen también (…)viejos papeles que conservan, milagrosamente, la mayor parte del tiempo, de este lugaro de cualquier otro (…)lo que es válido para un lugar es válido para el espacio entero, y ya sabemos que si el todo contiene a la parte, la parte a su vez contiene al todo. No lo hago con veleidades de historiador porque no tengo ninguna fe en la historia (…) Lo que percibimos como verdadero del pasado no es la historia, sino nuestro propio presente que se proyecta a sí mismo y se contempla en...
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