Crash
Estábien, aceptemos que un policía racista puede levantarse a mitad de la noche para ayudar a su padre enfermo. Pero ¿no es esto, precisamente, lo que hace del racismo algo aterrador?
Al margen de la discusión ideológica, me parece que Haggis falla en el terreno dramático, puesto que por un lado reduce la vida a uno solo de sus aspectos —el componente racial o étnico— y éste, a su vez, lo convierte enpanfleto, en un mundo de blancos y negros sin grises intermedios: de un lado, los supremacistas blancos, sinceros en su intolerancia, dispuestos al sacrificio por sus semejantes y de “sólidos” principios morales; del otro lado, los representantes de los grupos étnicos, tan racistas como los primeros, pero hipócritas y cobardes, de elásticos límites morales, corrompidos por el poder, o dispuestos adejarse corromper.
Dramáticamente, Haggis asume el punto de vista más fácil y que menos conflicto aporta a su historia. Por ejemplo, la escena en la que el personaje interpretado por Thandie Newton sufre el accidente y el policía racista, pervertido y abusador interpretado por Matt Dillon acude en su ayuda. En términos dramáticos, ¿no habría sido más interesante la situación opuesta, con elpersonaje de Newton en la disyuntiva de ayudar o no a quien casi estuvo a punto de violarla?
Como quiera que Haggis usa su historia para demostrar una tesis, sus personajes son caricaturas con débiles motivaciones, para poder manejarlos a su antojo. De este modo, la xenofóbica y maniática ama de casa encarnada por Sandra Bullock, sufre una caída y, en vez de despedir a su criada latina por usarexcesiva pulitura de pisos —cosa que habría sido coherente con el personaje—, termina ¡abrazándola amorosamente!
Claro, allí también interviene el factor de poder de las estrellas:
Hey, se trata de Sandra Bullock, tienes que redimirla al final.
Y así arribamos a uno de los aspectos que más me asombró de este filme: la previsibilidad de la historia. A mitad de la película ya has visto todo y sabesque cada uno de los personajes cambiará radicalmente (y muchas veces sin razón) sus motivaciones, que los honestos se redimirán mientras que los hipócritas serán condenados.
¿Sorprendió a alguien el brusco cambio del personaje de Ryan Phillippe? ¿Acaso era muy difícil adivinar lo que le esperaba al detective interpretado por Don Cheadle? ¿Y qué me dicen de la secuencia de mayor impacto emocional?¿No era obvio lo que la chica iraní había comprado en la armería?
Como si todo lo anterior no fuera suficiente, Haggis agota a mitad de metraje su aliento narrativo, con lo que casi todo el segundo acto y el tercer acto en su totalidad, se transforman en un eterno acto final que da la impresión de que no fuera a concluir nunca. ¿Cuántos finales, absolutamente previsibles por demás, tiene esta...
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