Cratilo
El Crátilo es, sin duda, entre los diálogos de Platón, uno de los que más bibliografía específica ha suscitado en virtud de los múltiples problemas que plantea . Dejando aparte multitud de pequeños detalles que van sur¬giendo a lo largo de todo el diálogo, éstos son los puntos que más discusión han producido: posición relativa del diálogo dentro de la obra platónica,identificación de los personajes, relación de sus teorías con las corrientes de pensamiento de su época y de épocas ante-riores, valora¬ción del largo pasaje de las etimologías; en fin, el objeti¬vo último que Platón se pro-puso al escribirlo. No preten¬do -ni es ése el lugar adecuado para ello- exponer con detalle las dife-rentes opiniones sobre todos estos puntos, aunque sí presentar, de una forma resumida,el estado ac¬tual de la cuestión. Sin embargo, por razones obvias ofrez¬co previamente un resumen del conte-nido del diálogo.
El Crátilo se estructura, después de una breve intro¬ducción, sobre la base de dos conversaciones sucesivas de Sócrates con Hermógenes y Crátilo, siendo la primera la más larga, aproximadamente dos tercios de la obra.
I. Introducción. Hermógenes/Crátilo/Sócrates(383a-385a)
Se inicia el diálogo con una invitación, por parte de Hermógenes, a que Sócrates participe de la discusión que éste ha estado sosteniendo con Crátilo sobre la exactitud de los nombres. Crátilo ce-de con desgana y Hermógeness plantea el punto de partida; Crátilo sostiene que los nom¬bres son exactos por «naturaleza» (physei), por lo que al¬gunos no corresponden a quienes los llevan, porejemplo: el mismo de Hermógénes. Éste, por el contrario, piensa que la exactitud de éstos no es otra cosa que «pactó» y «consenso» (synthéke, homología), «convención» y «hábi¬to» (nómos, éthos).
La base de partida de Hermógenes es, como se ve, muy estrecha: no se trata de la exactitud del lenguaje en gene¬ral, sino de los nombres y, dentro de éstos, de los propios.
Sócrates opina que es un asuntomuy serio y que me¬jor sería ponerse en manos de los sofistas (especialmen¬te, Pródico) -actitud irónica que va a mantener buena par¬te del diálogo y que pone de manifiesto la poca seriedad que el tema del lenguaje, así planteado, tiene para Sócrates-. Pero ac-cede a indagarlo por el método dialéc¬tico en compañía de Hermógenes.
II. Sócrates/Hermógenes (385a-428b). Crítica de la teoríaconvencionalista del lenguaje.
1. EN BUSCA DE UNA BASE SÓLIDA. - Sócrates pretende destruir inmediatamente la teoría convencionalista, pa¬ra adherirse, en principio, a la idea naturalista de Cráti¬lo. Y esto lo hace por los siguientes medios:
a) llevando a Hermógenes, sin que éste lo advierta, desde una vaga postura convencionalista a otra extrema, individualista. Hermógenes había hablado de pacto,con¬vención, hábito «de quienes suelen poner nombres», pe¬ro Sócrates le hace admitir que es exacto el nombre que «cada uno po-ne». Su intención es clara: relacionar esta postura convencionalista con la epistemología de Protá-goras, que Hermógenes rechaza en principio;
b) sentado el principio, frente a Protágoras, de que los seres «son en sí» -y, por tanto, las ac-ciones, entre las cuales está lade nombrar;
c) llevándolo a admitir que «se puede hablar falsa¬mente», con lo que se viene abajo definiti-vamente la teo¬ría de que todos los nombres son exactos por convención.
A través de un paralelismo muy estrecho -y muy del gusto de Sócrates- con la acción de tejer (y otras activi¬dades artesanales), el instrumento, el artesano que lo em¬plea y el fabricante que lo cons-truye, se llega a laconclu¬sión de que la acción de nombrar tiene un instrumento, que es el nombre, un artesano, que es el dialéctico, y un fabricante, que es el legislador-nominador.
Al final de esta parte del diálogo queda claro que «pue¬de que... no sea banal la imposición de nombres... con que Crátilo tiene razón... el artesano de los nombres no es cual¬quiera, sino sólo aquel que se fija en el nombre que...
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