Credo
A JUZGAR A LOS VIVOS Y A LOS MUERTOS
Con la Resurrección y exaltación de Jesucristo se inaugura el mundo nuevo, la nueva humanidad. Pero el Reino de Cristo se halla todavía en camino hacia su plenitud. La Iglesia peregrina en la tierra hacia la consumación final, viviendo en lucha con los poderes del mal.
El Credo, Símbolo de la fe de la Iglesia, mira con esperanzaanhelante la consumación definitiva del Reino de Jesucristo, confesando que, ascendido a los cielos: «Desde allí vendrá con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos».
La espera del retorno de Cristo como juez de vivos y muertos forma parte de la fe cristiana. Todo hombre comparecerá ante El para dar cuenta de sus actos. Desde los Hechos hasta el Apocalipsis, en todos los kerigmas de la predicaciónapostólica se anuncia el juicio como invitación a la conversión. Dios tiene fijado un día para juzgar al universo con justicia por Cristo a quien ha resucitado de entre los muertos 1.
Anunciamos no sólo la primera venida de Jesucristo sino también la segunda, más esplendente que aquella; pues mientras la primera fue un ejemplo de paciencia, la segunda lleva consigo la corona de la divina Realeza.Casi siempre las cosas referentes a Cristo son dobles: doble nacimiento, uno de Dios antes de los siglos y otro de la Virgen al cumplirse los siglos. Doble venida: oscura la primera y gloriosa la segunda. En aquella fue envuelto « en pañales» (Lc 2,7), en esta le rodeará «la luz como un mantos (Sal 104,2). En la primera «sufrió la Cruz despreciando la ignominia» (Heb 12,3), en la segunda vendráglorioso y «rodeado del ejército de los ángeles» (Mt 25,31). No nos fijemos sólo en la primera venida, sino esperemos también la segunda. Y como en la primera decíamos: «Bendito el que viene en el nombre del Señor» (Mt 21,9p), lo mismo diremos en la segunda (Mt 23,19p). Pues vendrá el Salvador, no a ser juzgado, sino a juzgar a quienes le juzgaron. (Sal 50,21; Mt 26,62; 27,12). El mismo Salvadordice: «Me acercaré a vosotros para juzgar en juicio y seré testigo rápido contra los que juran en mi Nombre con mentira» (Malq 3,1-5). También Pablo señala las dos venidas, escribiendo a Tito: «La gracia de Dios, nuestro Salvador, apareció a todos los hombres, enseñándonos a negar toda impiedad y pasiones humanas, para vivir sobria y piadosamente en este siglo, esperando la manifestación de lagloria del Dios grande y Salvador nuestro, Jesucristo» (Tit 2,11-13)2.
1. DIA DE YAVE
Ya en el Antiguo Testamento el juicio de Dios era un artículo de fe. Yavé «sondea las entrañas y los corazones» (Jr 11,20; 17,10), distinguiendo entre justos y culpables. Los justos escapan a la prueba y los culpables son castigados (Gén 18,23ss). A El confían su causa los justos como Juez supremo (Gén 16,5; 31,49;1 Sam 24,26; Jr 11,20). Los salmos están llenos de las llamadas angustiosas y confiadas que le dirigen los justos perseguidos (Sal 9,20; 26,1; 35,1.24; 43,1...)
La propia historia de Israel está hecha de juicios salvadores de Dios contra sus opresores. El Exodo es el «juicio» salvador de Dios contra Egipto y el Faraón que les oprimía con dura esclavitud (Gén 15,14; Sab 11,10). La expulsión de loscananeos en el don de la tierra es otro ejemplo del «juicio salvador» de Dios en favor de su pueblo (Sab 12,10-22). Pero Israel también ha experimentado en carne propia el juicio de Dios sobre sus infidelidades con la pena del exilio. Y de estas experiencias del pueblo elegido podemos retroceder a las experiencias anteriores de la humanidad, pasando por la ruina de Sodoma (Gén 18,20; 19,13), eldiluvio (Gén 6,13) o la expulsión del paraíso de Adán y Eva (Gén 3,14-19). El juicio de Dios, que desde el cielo contempla a los hombres, es anunciado constantemente por los profetas. El Día de Yavé es el día del juicio de Dios (Am 5,18ss). Israel, esposa infiel, será juzgada por sus adulterios (Ez 16,38; 23,24); los hijos serán juzgados según sus obras y no por las culpas de sus padres (Ez...
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