Creencias Sin L Mites

Creencias sin límites.
Suena el despertador a las seis de la mañana, como todos los días, me levanto una bonita mañana de invierno, concretamente el 7 de Enero de 2015. Sigo mi rutina de siempre, voy al baño y me lavo la cara, a continuación bajo a la cocina, donde me preparo unas ricas tostadas y un café bien caliente, mientras desayuno veo las noticias nacionales para informarme de lo quesucede diariamente, ya que me gusta estar enterada de todo lo que ocurre en mi país, Francia, y si es mejor, las de mi ciudad París. Más tarde vuelvo a la habitación y termino de arreglarme para salir al trabajo.
De camino al trabajo me encuentro diariamente con mi hermano Jean Cabut, más conocido como ‘’Cabu’’, un fantástico dibujante y compañero de trabajo en la redacción Charlie Hebdo, con quienhablo mientras andamos juntos los dos kilómetros que nos separan del lugar de trabajo. Cada día hablamos sobre un tema diferente, todos ellos interesantes, y ya que soy su hermana pequeña, me conduce y ayuda en esta vida, dándome consejos día a día. ‘’Buenos días pequeña, ¿estás preparada para un nuevo día en la oficina?’’ Siempre me hace la misma pregunta, y siempre le respondo lo mismo ‘’Estáclaro Cabu, voy con más ganas que ayer y menos que mañana’’. A continuación hablamos sobre los últimos sucesos y suelo preguntarle por sus ideas y dibujos para el semanario. La conversación ha desembocado en un útil consejo que me hará mucha falta, ya que últimamente estoy perdiendo mucho el tiempo con las nuevas tecnologías. ‘’Aprovecha cada momento como si fuera el ultimo, y no pierdas tanto tiempofrente a esos aparatos, que te estás perdiendo lo preciosa que es la vida’’.
Por fin hemos llegado a la ‘’Rue Nicolas-Apert’’, sede de nuestro semanario satírico y lugar donde pasamos horas y horas inventando dibujos satíricos y críticos para la edición de esta semana. Entro y me despido de mi hermano, ya que el trabaja en la segunda planta, y yo un poco más arriba, en la tercera. Son las ocho dela mañana cuando me siento en mi silla de oficina y enciendo el ordenador para empezar a trabajar. Es un despacho muy amplio, que comparto con mis dos compañeros de oficina y con los que hago posible comentarios para incluir en el semanario.
Miro la hora y ya es pasada media mañana, es un trabajo que me entretiene mucho y se pasan las horas muy rápidas. De repente escucho un ruido como decristales rompiéndose, acompañado de muchos gritos por parte de personas ajenas a la redacción, ya que hablan y gritan en un idioma que no me es nada familiar. Le pregunto a mi compañero si entiende ese idioma pero tampoco lo entiende. Escuchamos los gritos cada vez con más intensidad y de repente, un sonido fuerte y estridente, más bien aterrador, un disparo. En este momento los tres compañeros deoficina nos hemos desorientado completamente, ya que no es muy usual un atraco a un semanario, al no poseer dinero ni objetos de valor en el interior. Cada vez escuchamos más cerca las palabras «Al·lahu-àkbar» seguidas de más tiros. Decido esconderme en una esquina de la oficina, debajo de una mesa en desuso y entre unos archivadores, que me permiten ver toda la oficina sin que me descubran. De repentey de forma violenta entran dos hombres enmascarados, corriendo y gritando y siento en mi interior una de las peores experiencias que pueda sentir una persona, la sensación horrible al ver la vida de uno de mis compañeros esfumarse ante mí en manos de un inconsciente con una pistola en la mano, y lo peor de todo, el hecho de que yo no pueda hacer nada para evitar ese trágico momento. Sí, hanasesinado a mi compañero a escasos metros de mí, y yo sin poder actuar ni hacer un mínimo ruido, ya que me descubrirían y prefiero no pensar el desenlace. Me espero en mi escondite durante unos minutos más, temblando del pánico y sudando sin parar, presiono mis manos sobre los oídos para intentar no escuchar los ruidos que emiten esas terribles pistolas e intento no pensar en la situación, aunque...