Creer En Dios

MARIA CONSUELO ACUÑA VELÁSQUEZ
CULTURA TEOLÓGICA
4 A
Noviembre 7 de 2012.

Creer o no creer en Dios? Es una pregunta tan personal como la decisión misma. Si hay un tema que haya y siga siendo coyuntural es el tema de la existencia de Dios; no solo porque ha estado presente durante miles de generaciones sino porque parece ser que el interrogante es intrínseco a la naturaleza del hombre; elser humano no puede vivir sin preguntarse a sí mismo la razón de estar acá y de donde viene.
Según San Agustín, quien elaboró un método sistemático de filosofía para la teología cristiana, el hombre puede conocer una cosa gracias al ejemplar que Dios ha infundido en la mente humana, es decir, es gracias a Dios el hecho de que podemos reconocer las cosas y hacer una apreciación mental de ellas.Pero entonces, si San Agustín sugería la doctrina del libre albedrio, enunciada en De libero arbitrio, como el hecho de que el hombre tiene una facultad que le permite escoger un bien o un mal revestido de bien, es decir, siempre escoge un ‹‹bien›› ya que en sí esta facultad es buena, porque fue otorgada por Dios y todo lo que Él da es bueno, por qué las noticias, los titulares cada día parecenestar inundados con mayor fuerza de acontecimientos devastadores para el hombre mismo y la humanidad en general?¿Cómo se explica que personajes como Adolf Hitler, Mussolini o el mismo Bin Laden, hayan decidido, bajo su “libre albedrio”, acabar con la vida de millones de personas y fomentar momentos menos que oscuros para la humanidad?
Parece ser que conforme el hombre va “evolucionando” tambiénevolucionan, o más bien mutan, sus formas de concebir la realidad, una realidad que cada vez parece serle más ajena, más lejana y cada vez se asemeja menos a los parámetros de la hermandad, la cooperación y la solidaridad. Estos valores son inmutables por más que pasen los siglos, son “instituciones mentales y sociales” que, de una u otra forma han ayudado al hombre a diseñar bases sobre las cuales sesupone debe ir cimentada la sociedad; tal parece que la postmodernidad y la sociedad de nuestros días brilla más que todo por la ausencia de estos valores, aunque no quiero ser totalmente excluyente.

Si bien la religión, o más bien la religiosidad, ha sido la forma en que miles de personas han logrado darle un vuelco a su vida, iluminarse, descubrirse, bien es sabido también que ha sido laiglesia la gestora de miles de complejos sociales y culturales de los cuales nuestra generación es hoy víctima. Y qué decir de los abusos que durante años esta misma institución cometió contra la mujer, la misma Juana de Arco fue condenada a la hoguera por herejía, irónicamente fue beatificada en 1909 y canonizada en 1920, año en que Francia la proclamó su patrona.

Sigmund Freud, quientécnicamente se consideraba agnóstico, percibía al Dios providencial como una "proyección de Edipo" de la debilidad humana que busca la figura del padre protector y amenazante. Sin querer satanizar la iglesia, como institución debo decir que ha olvidado su objetivo primordial, evangelizar a partir del amor.
Es una constante que las instituciones no solo estatales sino sociales eduquen a la sociedad a partirdel miedo y la impotencia, es como si pareciera que experimentaran con la raza humana a partir del terror; entre más insegura esta se sienta más ha de necesitar de otros, de instituciones que guíen e iluminen el camino por el que ha de transitar.

Yo soy una fiel creyente de la iglesia como sitio sacro, cuando veo una, y si la ajetreada vida citadina me lo permite, trato de reposar en una deellas algunos minutos, no porque sea cristiana, aunque crea en cristo, sino porque respondo a un impulso natural que impera en mi, doy gracias a Dios así suene paradójico el que este fenómeno se de en mi de esta forma y no porque he sido “asaltada en mi buena fe”, y perdón si hiero susceptibilidades, y he sido llevada a un centenar de iglesias extrañas que en lugar de generar paz interior dan es...