Crepusculo/ amanecer
Bella:
No s por qu te empeas en enviarle notas a Billy
por medio de Charlie como si estuviramos en el colegio.
Si quisiera hablar contigo, habra contestado la
Ya tomaste tu decisin, verdad? No puedes tenerlo
todo cuando
Qu parte de enemigos mortales es la que te
resulta tan complicada deMira, ya s que me estoy
comportando como un estpido, pero es que no veo otra
forma Nopodemos ser amigos cuando te pasas todo el
tiempo con esa panda de
Simplemente, lo paso peor cuando pienso en ti
demasiado, as que no me escribas ms
Bueno, yo tambin te echo de menos. Mucho.
Aunque eso no cambia nada. Lo siento.
Jacob
Deslic los dedos por la pgina y sent las marcas donde l haba
apretado con tanta fuerza el bolgrafo contra el papel que casi
haba llegado a romperlo. Podaimaginrmelo mientras escri-
ba, le vea garabateando aquellas palabras llenas de ira con su tosca
letra, acuchillando una lnea tras otra cuando senta que las palabras
empleadas no reflejaban su voluntad, quiz hasta partir el
bolgrafo con esa manaza suya; esto explicara las manchas de tinta.
Me imaginaba su frustracin, lo vea fruncir las cejas negras
y arrugar el ceo. Si hubiera estado all, casi mehubiera echado
a rer. Te va a dar una hemorragia cerebral, Jacob, le habra dicho.
Simplemente, escpelo.
Aunque lo ltimo que me apeteca en esos momentos, al releer
las palabras que ya casi haba memorizado, era echarme a
rer. No me sorprendi su respuesta a mi nota de splica, que le
haba enviado con Billy, a travs de Charlie, justo como hacamos
en el instituto, tal como l haba sealado. Conoca enesencia
el contenido de su rplica antes incluso de abrirla.
Lo que resultaba sorprendente era lo mucho que me hera cada
una de las lneas tachadas, como si los extremos de las letras estuvieran
rematados con cuchillos. Ms an, detrs de cada violento
comienzo, se arrastraba un inmenso pozo de sufrimiento;
la pena de Jacob me dola ms que la ma propia.
Mientras reflexionaba acerca de todoaquello, capt el olor inconfundible
de algo que se quemaba en la cocina. En cualquier
otro hogar no hubiera resultado preocupante que cocinase alguien
que no fuera yo.
Met el papel arrugado en el bolsillo trasero de mis pantalones
y ech a correr, bajando las escaleras en un tiempo rcord.
El bote de salsa de espaguetis que Charlie haba metido en el
microondas apenas haba dado una vuelta cuandotir de la puerta
y lo saqu.
-Qu es lo que he hecho mal? -inquiri Charlie.
-Se supone que debes quitarle la tapa primero, pap. El metal
no va bien en los microondas.
La retir precipitadamente mientras hablaba; vert la mitad de
la salsa en un cuenco para luego introducirlo en el microondas y
devolv el bote al frigorfico; ajust el tiempo y apret el botn del
encendido.
Charlie observ misarreglos con los labios fruncidos.
-Puse bien los espaguetis, al menos?
Mir la cacerola en el fogn, el origen del olor que me haba
alertado.
-Estaran mejor si los hubieras movido -repuse con dulzura.
Encontr una cuchara e intent despegar el pegote blandengue
y chamuscado del fondo.
Charlie suspir.
-Bueno, se puede saber qu intentas? -le pregunt.
Cruz los brazos sobre el pecho y mir la lluviaque caa a cntaros
a travs de las ventanas traseras.
-No s de qu me hablas -gru.
Estaba perpleja. Cmo era que pap se haba puesto a cocinar?
Y a qu se deba esa actitud hosca? Edward todava no haba
llegado. Por lo general, mi padre reservaba este tipo de actitud
a beneficio de mi novio, haciendo cuanto estaba a su
alcance para evidenciar con claridad la acusacin de persona no
grata con cada unade sus posturas y palabras. Los esfuerzos de
Charlie eran del todo innecesarios, ya que Edward saba con
exactitud lo que mi padre pensaba sin necesidad de la puesta
en escena.
Segu rumiando el trmino novio con esa tensin habitual
mientras remova la comida. No era la palabra correcta, en absoluto.
Se necesitaba un trmino mucho ms expresivo para el
compromiso eterno, pero palabras como...
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