Crimen pro fe sio nal de Joan Rosquellas
Cuadro primero
Derecha e izquierda del espectador.
Salón de una casa unifamiliar en una urbanización. La casa se está restaurando. En un rincón, cubos de pintura, pinceles y rodillos.
En el lateral derecho y en primer término un gran baúl, en segundo término una puerta que da al sótano.
En el lateral izquierdo una puerta que da a las habitaciones de arriba y en primer término unarmario empotrado practicable.
En el fondo izquierda, la puerta de la calle. En el fondo derecha unas estanterías tapadas con sábanas.
En el centro del escenario, una mesita y un sofá también tapado con sábanas blancas para que no se manche de pintura.
Al abrirse el telón, un hombre corpulento, de aspecto siniestro y con un parche en el ojo, cruza el salón arrastrando un cadáver envuelto en unasábana manchada de sangre. Se oye el ruido de un coche que aparca. Rápidamente el hombre mete el cuerpo dentro del baúl, lo cierra y desaparece por la puerta de la derecha.
Por la puerta principal entran Victoria y Guillermo, un electricista muy peculiar, vestido con un mono de trabajo de color azul y gorra, que lleva una pesada caja de herramientas.
Victoria: Que cosa más extraña... lapuerta estaba abierta... Se la habrán dejado los pintores... (Cierra.)
Guillermo: (Dejando la caja de herramientas y limpiándose el sudor.) Menos mal que me ha recogido en la parada del autobús...
Victoria: También es casualidad que me preguntara a mí por esta casa.
Guillermo: ¡Ya lo creo! Si he de venir andando hasta aquí desde la parada no sé si habría llegado. ¡Esto está muy lejos!
Victoria: ¿Peroqué dice? Está a un minuto de coche.
Guillermo: Para los que tienen coche, sí.
Victoria: Yo lo encuentro muy cerca. No me da ninguna pereza venir. De hecho, vengo casi cada día. Siempre que tengo un momento me escapo. Me gusta ver cómo va cambiando la casa, ¿sabe?
Guillermo: ¿Cuando han de venir a vivir?
Victoria: Muy pronto. Nos casaremos de aquí a tres meses.
Guillermo: ¡Que sea la enhorabuena!Ya falta muy poquito.
Victoria: Muchas gracias. Lo que me da miedo es que la casa no esté lista. Un poco más y usted viene a arreglar la instalación eléctrica cuando estemos de viaje de boda.
Guillermo: Mire señorita. Yo soy un operario pro-fe-sio-nal. (Esta palabra la dirá siempre remarcando mucho cada sílaba.) Y tengo mucho trabajo. Es así, mire. Me avisan, tardo, cuando llego casi ya no seacuerdan de mí... pero cuando presento la factura... se acuerdan de mí y de toda mi parentela. ¡Qué le vamos a hacer!
Victoria: Pues, yo sí que me acordaba. ¿Qué? ¿Quiere que miremos la instalación?
Guillermo: (Mirando por todas partes.) ¡Humm! Me temo que aquí hay trabajo para rato...
Victoria: Si no termina hoy, podemos quedar y mañana lo recojo en su taller.
Guillermo: ¡Ni hablar!
Victoria: Ah,¿no?
Guillermo: Si ha que recogerme, tendrá que ser en cualquier parte. Pero en el taller, ¡no!
Victoria: No lo entiendo.
Guillermo: Ahora lo entenderá. Encima el taller tengo la vivienda, ¿sabe? Y si mi mujer... y, sobre todo mi suegra que está al quite de todo, ven que me voy con una mujer...
Victoria: ¿Qué?
Guillermo: Que me organizan un buen escándalo.
Victoria: Comprendo. Su mujer es celosa.Guillermo: Exacto. Mi mujer es celosa... y mi suegra... prefiero callarme lo qué es mi suegra.
Victoria: Pues está usted apañado…
Guillermo: Ya puede decirlo, ya... La suegra porqué es de aquellas que no dejan vivir, y mi mujer... no sé... dice que está convencida que gusto. Que las otras mujeres me encuentran atractivo... dice que tengo un cierto aire... macizo.
Victoria: Ya puede estar contento.Guillermo: ¿Por qué?
Victoria: Si su mujer lo encuentra macizo....
Guillermo: (Sorprendido.) Oiga señorita, eso de macizo, ¿no es un insulto?
Victoria: ¡No, hombre, no! Quiere decir que lo encuentra, ¿cómo le diría yo? varonil, macho…
Guillermo: ¡Pues, peor!
Victoria: ¿Por qué?
Guillermo: Porque tendré que llevarla al oculista. ¿Yo varonil? ¡Ostras!
Victoria: Muy bien. Pues si se diera el caso, ya...
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