Crimi
El frio basto para apaciguar mi cuerpo más no mi mente que no terminaba de pensar y sentir cada segundo tu mirada revoltosa y llena de amor. Y al mirartesin que te dieras cuenta, a pesar del espacio entre nuestros cuerpos, me percaté… recordé que las nubes tienen vida y que el marchito camino de la levedad se tornaba conalas cual dragón medieval donde la espada valiente refulgía en medio sendero clamando la sangre de cierto perfume místico. No obstante, a la orilla del camino deje la antorchaque guiaba desde no sé cuando, mis imperturbables pies, apague el sol, y con el silencio teatral, como aquel que antecede a la muerte, me deslice en vilo para colgarme de unárbol que florecía en tu jardín, en tu atrio gótico e incandescente, y taciturno grite tu perdón hasta callar tus labios que apenas florecían palabras de consuelo para estetu único fuego, que al vaivén del viento, invoca tu carne mágica.
Los acordes crecieron y se transformaron lentamente y la sangre bailaba y reía al compás de lassonrisas iridiscentes de las impensables siluetas que se multiplicaban y escapaban de mis sueños. Mis manos crujían, se caían a pedazos y formaban ríos de cristal y mis pies sederretían sobre la rivera impávida de tus piernas de porcelana. Mi pecho se torno en fuego consumiendo en segundos a mi cabeza girasol y mi abdomen y mi sexo se evaporaban yse rozaban con los arcoíris nocturnos. Y en medio revuelto de historias mágicas me verti a tu voluntad, entre por tu ventana e iluminando tu noche me fume mi piel y entre tussueños como estela cósmica, deslice mi intangible humanidad para arremolinarme y posarme sobre tus más bellos recuerdos. Y es ahí de donde tus fuerzas nunca me podrán sacar.
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