Crisis de Estado

César Zúñiga Salas

Crisis de Estado
Existe hoy un extendido consenso en el sentido de que el proceso
democratizador en nuestro país ha sido errático e inconcluso. Los estudios
promovidos desde hacemás de un decenio por el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), formularon diagnósticos en extremo valiosos
sobre la escasa participación de los ciudadanos en los asuntos públicos yla
insuficiencia de las reformas introducidas para asegurar la conformación de los
poderes públicos a través de elecciones legitimas y equitativas.
A pesar de que reconocieron que México ha dado unsalto político considerable
desde el tiempo en que la hegemonía de un partido señoreaba en nuestro país,
padecemos una crisis de representación política y de legitimidad del Estado.
Resulta clara ladiferenciación entre antiguas democracias que se sustentan en
prolongados procesos de cohesión social y nuestro régimen político que se
enraízan en la época colonial y trasmite intergeneracionalmenteestructuras de
marginación y pobreza. Se reconoce que nuestro Estado fue desde sus
orígenes jurídicamente incluyente aunque socialmente excluyente. Fue fundado
en el predominio de las teoríasprovidencialistas, que redundaron en diversas
formas de caudillismo y de dominación militar sobre el territorio.
Nuestra democracia contemporánea ha logrado, en muchos casos, avances
encomiables en materiaelectoral y han generado contrapesos al poder
absoluto, pero no han alcanzado a derogar el pasado autoritario. Se observa un
escaso respeto a los derechos humanos, altos niveles de corrupción públicay
una débil confianza de la población en los resultados obtenidos por los
gobiernos democráticos. Ha crecido inclusive el porcentaje de ciudadanos que
aceptaría regímenes autoritarios, a cambio deobtener mejores niveles de vida.
No observan mayor diferencia entre estos y las actuales “democracias
delegativas”.
La práctica de elecciones libres ha ido acompañada de la aparición de factores
que...