Crisis Económica

Reflexión personal sobre la crisis económica y la subida de los impuestos.














La actual crisis económica es una realidad empírica de la que todo el mundo habla y opina. Aún así, puede llevar a la confusión la crisis que se ha desatado en los últimos meses. Seguramente debido a la tardía asimilación del problema por parte de nuestro gobierno, sus inútiles políticaseconómicas, sus continuas contradicciones, así como la desfachatada guerra partidista, entre el gobierno y el principal partido político de la oposición. Se han olvidado de lo que nos ocupa. Unos aportando propuestas que vamos a pagar todos y otros asegurando que ellos si son capaces de solucionar el problema. Este país se autodestruye gracias a la dirección temeraria de nuestros dirigentes.
Contodo, a la vista del esfuerzo financiero desplegado por los bancos centrales y los datos catastróficos sobre el paro, el déficit público, la quiebra de empresas, etc. anunciados todos los días en los medios de comunicación intuimos que se trata de una crisis muy seria. La inminente subida de impuestos como medida de emergencia para paliar y contrarrestar el exhaustivo gasto político del estado,podemos percibir y de hecho ya estamos percibiendo que va a hacernos más daño de lo que las autoridades quieren reconocer.
Habitualmente, los economistas y la mayoría de los dirigentes políticos nos quieren hacer creer que las medidas económicas que toman son siempre las más acertadas e indicadas y que responden a criterios “científicos” y “técnicos” indiscutibles que no hay que cuestionar.Pero cuando las cosas salen torcidas, como se da el caso ahora, cuando todos los datos se desmadran, cuando las economías casi quiebran en su totalidad, callan como si nada ocurriera. Tan sólo unos pocos, en su intento de hacer una oposición fiel al pensamiento de la mayoría de los ciudadanos de a pie, alzan la voz criticando la manera de afrontar la crisis para luego ser tachados, por parte delgobierno actual, de embusteros, mentirosos y de expandir desconfianza en el mundo empresarial y entre los ciudadanos a diestro y siniestro. Una desconfianza que la mayoría padecemos desde hace años de la política española y sus integrantes. Estoy convencido, y como yo muchos otros, de que en este país no se hace nada cuando las cosas van medianamente bien y se hace todo peor cuando las cosas vanmal.
Lo curioso es que la crisis que estamos viviendo es probablemente uno de los acontecimientos más anunciados de la historia económica reciente. Numerosos artículos que datan desde el 2003 de organismos internacionales y economistas contrastados, han venido avisando con reiteración de la enorme burbuja inmobiliaria que se estaba formando en muchos países y de sus consecuencias sobre elsector financiero cuando reventara. Otros en cambio negaban la burbuja, declarando que en España el aterrizaje sería suave a pesar de que los indicadores inmobiliarios y de los mercados financieros centelleaban en color rojo. De hecho todas las predicciones resultaban erróneas año tras año en el sector de la construcción española, mientras los precios seguían disparándose. El problema radicaba en quetampoco había demasiado interés en detener el proceso de sobreendeudamiento de familias y empresas. ¿Quién se erigiría como el aguafiestas, cuando este boom inmobiliario aportaba directamente una cuarta parte del crecimiento del PIB?

El silencio que mantuvo por ejemplo, el ex ministro de economía Pedro Solbes y su principal defensor Rodríguez Zapatero, durante meses estaba dirigido aque nos creyésemos que lo que sucedía era algo normal, carente de importancia y que todo debía seguir, por tanto, exactamente igual que estaba. Así es que Pedro Solbes no pasará a la historia como uno de los mejores ministros de economía de nuestro país ya que durante los tiempos de bonanza su trabajo fue sencillo y no cumplió con su principal obligación como estadista, que era prepararnos para...