Crisis Norteamericana
José Antonio Figueroa
En los últimos años en los Estados Unidos se han dado dos expresiones de la profunda crisis fiscal que se vive en ese país y cuyasconsecuencias aun son impredecibles para el mundo. La primera fue la gran crisis inmobiliaria del 2008, cuando los precios de los bienes inmuebles y de los créditos que imponían los bancos paraadquirirlos alcanzaron topes insostenibles y se produjo la quiebra de bancos y de los miles de deudores que se habían dedicado a las actividades especulativas con los bienes raíces. Esa vez el gobiernointervino a favor del sistema financiero, permitiendo la quiebra de los bancos inviables e inyectando miles de millones a los bancos poderosos. Bien poco se hizo por los cientos de miles que perdieron suscasas y entraron a engrosar las filas del desempleo que ha llegado a aproximarse al 10%.
La intervención del gobierno a favor del sistema financiero ha sido un simple paliativo como se ha comprobadoen estos días, cuando por primera vez en la historia el gobierno norteamericano consideró la posibilidad de declararse incapaz de asumir el pago de su deuda pública y de sus compromisos financieros.Ante esta situación, demócratas y republicanos realizaron un tira y afloje de negociaciones tendientes a implementar otro remedio superficial: el aumento del techo de la deuda, cuando se sobrepasó ellímite previamente establecido de 14,3 billones de dólares de deuda pública. El acuerdo logrado permitió aumentar el techo en $ 900.000 millones más, además de la reducción del gasto en $ 917.000millones en los próximos diez años y un recorte adicional de $ 1,5 billones.
Sin embargo, el aumento del techo de la deuda no soluciona mucho porque continúa una política tributaria ampliamentebeneficiosa para los multimillonarios consorcios de los Estados Unidos que, junto al desmesurado gasto militar y la desindustrialización, han sido los factores principales que han producido el abismo...
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