CristCol 2

Introducción
Las historias sobre los conflictos cristeros son muchas, pero en este texto se pretende analizar los hechos situados en Colima durante ya mencionado evento. A mediados del año de 1925, Calles estaba ya en el poder, ilegalmente, contra la voluntad del país, pues el poder de la mano oculta1 lo había puesto y lo sostenía en la silla presidencial: las sectas masónicas del mundo estabana su lado y la Casa Blanca le brindaba su protección.
Plutarco Elías Calles había ya fracasado en su proyecto de separar a México de la unidad católica, no obstante que, parroquia por parroquia, se había hecho propaganda cismática2 ofreciendo generosas recompensas y buenos salarios a aquellos sacerdotes que, desconocieran al papa, y se adhiriesen a la nueva iglesia3 que él quería fundar. Erapreciso que recurriera a otro medio: a la cruel y abierta persecución contra la Iglesia, con el fin de destruirla.
Y así en Colima, aliados a la masonería e instrumentos de ella, se destacaron no sólo el gobernador que estaba al frente de la campaña impía4, sino los miembros de la Legislatura Local, empleados y multitud de ayudantes, que se convirtieron en enemigos de la Iglesia.
A Colima, como esfácil suponer, le tocaba recibir su parte de estos primeros eventos, por parte del gobernador del Estado: Francisco Solórzano Béjar5, el cual se había convertido en enemigo, pues había sido impuesto como gobernador en Colima con el fin de que secundara, lo mejor posible, la campaña infame contra la Iglesia Católica.
Empezó a arrebatar edificios; arrojó a los seminaristas de su colegio; a las religiosasAdoratrices de su casa; se apoderó del Obispado, de la casa de los Caballeros de Colón6, del Asilo de niños, del Orfanatorio del Sagrado Corazón y de cuanta propiedad sabía o suponía que fuese de alguna institución católica y todo eso sin orden escrita, de él o de cualquier otra autoridad, competente o no, en que se dispusiera la desocupación y entrega, mandaba al comandante de la policía, J.Guadalupe Rivas, o al Profesor Aniceto Castellanos, los cuales, protegidos por la policía, no ordenaban la desocupación de los edificios, sino la salida inmediata de sus dueños, pues no se concedían muchas veces ni cinco minutos de espera, ni se permitía sacar nada, aunque fuese de propiedad individual.
Durante el tiempo en que Solórzano Béjar estuvo como gobernador de Colima, cuando la impiedadmasónica pretendía dar el golpe final a la Iglesia para destruirla, habían olvidado que había en Colima un grupo de jóvenes de la A. C. J. M.7 los cuales en su semanario La Reconquista, defendían la verdad y la justicia en contra de todos los abusos y avances de la impiedad.
Cuando Francisco Solórzano Béjar, fue gobernador de Colima, el presidente regional de la A. C. J. M., era DionisioEduardo Ochoa, joven de 25 años de edad que trabajaba en las oficinas de la Tesorería del Estado y que, a la vez, era el director del semanario La Reconquista.
El semanario fue perseguido. Eran tiempos de arbitrariedades anticonstitucionales: los muchachos papeleros que lo vendían, con mucha frecuencia eran golpeados y aún llevados a la inspección de policía, después de robarles su periódico; pero encontra de todo el periódico se seguía vendiendo clandestinamente. El pueblo lo esperaba, lo buscaba y el tiraje hubo de multiplicarse, a medida que se le perseguía.
Un día el gobernador Solórzano Béjar decidido a terminar con aquel periódico católico, llamó a Dionisio Eduardo Ochoa a su despachó. Y así fue, Dionisio Ochoa fue separado de su empleo, derivado de ese evento hubo una serie sucesiva dedespidos en el semanario despidiendo a redactores y editores sin motivo aparente.
Derivado de estos hechos se desencadenarían poco a poco las bases del movimiento cristero en el estado, del cual se explicara más a fondo, tratando de profundizar en el por qué de cada uno y como influyo dentro de la guerra cristera.
Desarrollo
Se le llamó “Guerra Cristera” al movimiento armado de religiosos...