cristo
La única preocupación que había embargado a Rosarito durante los últimos veinte años, había sido la propagación de la devoción y culto a la Divina Infantita. No había vivido nada más que para eso. Sus pensamientos y sus ojos no tenían otro objeto de complacencia que la Divina Infantita; y esta preocupación acaparó aún más su atención y sus energías desde que se colocó laprimera piedra del Templo a Ella dedicado. Sin embargo, existía también otro mundo a su alrededor. Era el mundo de la marginación, el mundo de los pobres, de los niños abandonados.
Cuando ya el Templo estaba en construcción, la Divina Infantita empezó a despertar en Rosarito una preocupación por la niñez abandonada; es decir, después de que ella se había consagrado en cuerpo y alma aproporcionarle una Casa a la Niñita desvalida, ésta le hizo comprender que su amor por Ella no debía terminar en el culto a su imagencita, sino en la preocupación por quienes son su verdadera imagen, las niñas y niños desvalidos y abandonados.
Después que Rosarito le había manifestado al Señor que sólo a El quería, que sólo a El amaba, que sólo a El estaba consagrada, a través del amor entrañable asu Divina Madre en el Misterio de su Infancia, el mismo Señor, igual que a Pedro, la devolvió al servicio de los hermanos: ¿Pedro, me amas?. Sí, Señor, Tú sabes que te amo. Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas (cfr. Jn 21, 15-17).
Rosarito, en su continuo peregrinar por las calles en busca de limosnas para la construcción del Templo de la Divina Infantita, había visto a muchasniñas y niños abandonados; también en el entorno de su propia casa existían niñas y niños en esa misma situación de abandono a causa de la orfandad o de la pobreza de sus padres. Pero un buen día el Señor le abrió los ojos del alma hacia la infancia abandonada. Al regresar a su casa, a la hora de comer, contempló a la vera misma de su puerta el espectáculo lacerante de unas niñas medio dormidas deinanición.
Más tarde, cuando ya Rosarito había profesado y tenía tres asilos: Tacubaya, Coyoacán y el Templo, recibió una iluminación de Dios en la que entendió la identidad y la finalidad de la Congregación, elevándose a una visión más universal; es decir, el origen de la Congregación no está en el hecho concreto de que la Madre Fundadora hallase en la puerta de su casa unas niñashambrientas, sino en el desafío que planteaba la dejadez y despreocupación de los padres por la educación de los hijos, debido a la insensatez permanente que considera a los hijos una carga insoportable.
El Señor empezó desde entonces a trabajar el alma de Rosarito. Ella, tan sensible al misterio de María en su Infancia, empezó a percatarse de que el mejor modo de honrar a la Divina Infantita, seríamostrar un amor efectivo hacia la niñez desvalida. La atención y el cuidado espiritual y material de quienes eran la imagen viviente de su Reinita, suscitó en ella el firme deseo de dar cobijo a las niñas y niños abandonados.
No fue una tarea fácil: A pesar de tener ya el beneplácito del Sr. Arzobispo, tanto el P. Federico como el Sr. Ruiz fueron del parecer que, siendo el P. Paredes suconfesor, de él tenía que recabar Rosarito la autorización para la fundación del Asilo. A fuerza de ruegos y súplicas obtuvo finalmente la tan deseada autorización del P. Paredes, pero oyendo de sus labios un triste presagio que, afortunadamente, no se cumplió: "Abre el Asilo, pero ten entendido que dentro de seis meses lo cerrarás, pues es imposible que puedas hacer todo a un tiempo". "He de tener elgusto si emprendes lo del Asilo, de ver parada la obra del Templo a los seis meses, y las niñas de tu Asilo en la calle porque no tendrás para darles de comer".
Rosarito se admiraba de la escasa confianza que el P. Paredes demostraba tener en la Providencia de Dios: "Mi único deseo era favorecer la niñez; y no pensé que era imposible permanecer con niñas sin tener quien las cuidara”
La...
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