Cristologia
En la Palestina del s. I, existió Jesús de Nazaret; un hombre que fue oído y seguido por la gente sencilla y rechazado y condenado por la sociedad instalada de entonces y que puede seguir siéndolo por la de nuestros días. Pero lo cierto es que su mensaje evangélico tiene una profundidad novísima y extraordinaria para el hombre de ayer y de hoy; y, que nadie puede tener el monopoliode su conocimiento y de su enseñanza.
Hoy, algunos ponen en duda la existencia y discuten la historicidad de Jesús de Nazaret. Hay quienes lo consideran un personaje legendario o le conceden la misma realidad que a un héroe; otros llegan a decir que no se tiene absolutamente ninguna prueba fiable, de fuentes seculares, de que Jesús haya vivido, al menos de la forma descrita en el N.T. Sinembargo, lo más prudente consiste en acercarse y examinar los datos y evidencias que la historia y los estudiosos aducen sobre la existencia de Jesús de Nazaret.
Si se revisa detalladamente, se hallarán las fuentes de Cristo Histórico; los datos procedentes de los escritores paganos de Roma acerca de su existencia son muy valiosos: Tácito, Suetonio, Flavio Josefo, Plinio el Joven, la carta de MaraBar-Serapion y las fuentes Judías, que, de modo hostil y con dura oposición, lo citan, con lo que no niegan que existiera y muriera en la cruz. La traducción de la esencia de la doctrina, por la técnica de retroversión rabínica confirma lo expresado en arameo y hebreo: el contenido de los dichos es exacto, algo que está muy probado filológicamente. Y, en fin, habrá que examinar la aportación delos textos cristianos.
Fuentes romanas clásicas.
Las primeras referencias a Jesús extrabíblicas son las fuentes clásicas. Tienen una relevancia considerable por provenir de un contexto cultural previo al Occidente Cristiano y por ser extrañamente las únicas conocidas, incluso por quienes se reputan especialistas en la Historia del cristianismo primitivo
No es ilógico que los documentosajenos a la Biblia sobre Jesucristo sean algo escasos. Los grandes historiadores de la época no podían ocuparse de un suceso ocurrido sólo en Palestina: un país pequeño, colonia romana insignificante y una condena de un hombre a muerte de cruz, tan frecuente en el Imperio, y sin más trascendencia que sofocar un movimiento popular de poca envergadura. Lo extraño es, precisamente, que estos hechos hayansido reseñados por fuentes clásicas, como así fue, en la obra de algunos significados historiadores romanos.
De los autores clásicos, destaca un documento oficial del Imperio. Hacia el año 112, el gobernador de la provincia romana de Bitinia, Plinio el Joven (61-114 d. C.), escribe al Emperador Trajano, para informarle sobre la conducta de los cristianos, quienes, según un edicto imperial,deberían ser condenados a muerte, por negarse a dar culto al Emperador. El informe dice:
«Los renegados afirman que todo su error consiste en que se reúnen en días fijos, antes de salir el sol, y entonan cánticos a Cristo como a su Dios; se obligan mutuamente y con juramento, no a maldad alguna, sino a no cometer hurtos, ni latrocinios, ni adulterios, a no faltar a la palabra dada, ni a negarse adevolver el dinero recibido en depósito. Una vez hecho esto, se retiran, volviendo de nuevo, para participar en una comida inocente».
El historiador Tácito, nacido hacia el 56-57 d. de C., ofrece otro testimonio de la existencia de Jesucristo en su obra “Anales de Roma XV, 44”, escrita hacia el año 115-7; sus referencias históricas son muy cercanas cronológicamente en muchos casos. Tácito hablade manera concreta del cristianismo, originario de Judea, cuyo fundador había sido un tal Cristo, nombre que usado por el historiador resulta más que dudoso saber si se trata de un título o una denominación; y añade que, durante el principado de Nerón, sus seguidores ya existían en Roma, donde se les consideraba gente despreciable:
«El emperador Nerón, con el fin de acallar el rumor que le...
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