Critica de la razon utopica cap 5
de la metodología de Popper
De los análisis anteriores se desprenden ciertos criterios para el pensamiento teológico que los teóricos popperianos hacen explícitos en varias ocasiones
Ya hemos visto dónde ubica Popper el infierno y el demonio. Para él, ahí donde se intenta construir el cielo en la tierra se construye el infierno y, por lo tanto,quienes intentan eso son demoníacos. Es así que la democracia enspirada en la metodología de Popper aparece como “llave para el control de los demonios”. Esta demonología popperiana, efectivamente onmipresente en sus escritos, es fácilmente detectable.
Sin negar que exista el problenia del fracaso necesario de la construcción del cielo en la tierra y de sus consiguientes posibles resultadosdestructores, no se puede derivar de este hecho un juicio tan absoluto. Lo que se sigue es la necesidad del discernimiento de las utopías y de su mediatización institucional, pero no la necesidad de identificarlas con algún demonio. Si alquien quiere el infierno en la tierra lo tendrá sin necesidad de pasar por la ilusión de construir algún ciclo, pues el infierno lo hace quien quiere el infierno. Elinfierno del nazismo no fue ningún intento de construir un cielo en la tierra; los nazis marcharon al infierno con los ojos bien abiertos.
Quien quiere el infierno, tendrá el infierno ¿por qué entonces necesariamente ha de tenerlo aquel que quiere el cielo¿ Aunque lo produzca sin quererlo, mantiene la posibilidad de salir de él dado que el camino al infierno está asfaltado de malas intenciones,mientras que el camino al cielo lo está con buenas intenciones. Es sumamente difícil y exigente ser absolutamente malo; las buenas intenciones salvan. Esta es la única manera de evitar el maniqueísmo de la postura popperiana.
La idea de Popper de que el infierno lo hacen aquellos que quieren realizar el cielo en la tierra, es actualmente muy común. Michael Novak la expresa en los siguientes términos:“En el mundo como es —y como Reinhold Niebuhr advirtió durante su vida intelectual ejemplar— “los hijos de la luz” forman en muchos aspectos una amenaza mayor a la fe bíblica que “los hijos de las tinieblas” (Traducción nuestra) (62)”.
Si eso fuera cierto, ¿no estaríamos de vuelta en el fascismo de los nazis y gritando con ellos: ¡que vivan los hijos de las tinieblas y viva la muerte? Elanti-utopismo radical desemboca en esta marcha al infierno; marcha que se realiza con los ojos abiertos y allí donde ya Dante ubicaba el infierno: “¡Ah¡, los que entraís, dejad toda esperanza”. Sólo aquel que es capaz de soñar con un cielo en la tierra podrá construir una tierra mejor, sea su sueño como sea.
Por esta razón nuestra crítica a Popper no puede ser una simple inversión de su crítica ala utopía. Se puede interpretar la ingenuidad de las ciencias empíricas frente a la ilusión trascendental como un intento de construir el cielo en la tierra con sus consiguientes tendencias destructoras sobre la tierra, pero de eso no se sigue que se trate de un camino que produce el infierno en la tierra.
Sin embargo, la ingenuidad frente a la ilusión trascendental conlleva igual ingenuidadfrente a lo teológico. Mediante la ilusión trascendental la ciencia empírica pasa a ser mítica, dado que todas las imposibilidades de los principios empíricos generales de imposibilidad pasan a ser posibles “en principio” en vinculación con sus progresos infinitos correspondientes. El mito se integra a la realidad y ésta parece ser la realidad sin más, siendo el mito su perspectiva real al futuro. Noobstante, el científico empírico se siente el único que se ha liberado del mito, cuando en realidad es quien más ingenuamente está sometido a él. Es que el mito de la ilusión trascendental parece ser la realidad, y ésta aparece entonces como realidad secularizada. Ciertamente no lo es, pero el hecho de que el mito sea percibido como realizable, aunque sea a la luz de un progreso infinito, hace...
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