Critica sobre Quirofanos a distancia
Aparte de algunos incidentes técnicos —en el salón de actos de laclínica a veces se perdía la señal de las gafas, que, sin embargo, podía seguirse en YouTube—, las dos horas de intervención fueron un ejemplo de cómo puede ser la docencia de la medicina (y, seguramente, de muchas otras disciplinas) del futuro. “Hemos pasado de las peceras de los quirófanos antiguos [las salas con paredes de cristal detrás de las cuales los alumnos seguían las explicaciones delprofesor] a esto”, comenta Guillén probándose las gafas antes de la operación.
Para hacerla más completa, la lección magistral se seguía además por medios que, a estas alturas, pueden considerarse casi tradicionales: cámaras de ambiente, que recogen la actividad del quirófano, y otra pantalla en la que el endoscopio muestra al detalle el trabajo fino dentro del cuerpo, desde la aspiración de lasangre a la colocación de la membrana con las células madre (obtenidas del propio cartílago del paciente unas semanas antes), y acabando con los puntos dados para sujetar el material que, tras disolverse en tres meses, habrá dejado sembrada la lesión de condrocitos para su recuperación. “Este es el único uso hasta ahora demostrado clínicamente de las células madre”, insiste Guillén ante unasexpectativas, que él considera exageradas, de este material biológico.
Decir que se trata de una operación mínimamente invasiva es, a estas alturas, algo casi redundante. No hay cirugía que se precie (y que se preste) en la actualidad que no se haga así. Solo dos incisiones, uno en un lado de la rodilla para introducir la cámara con su luz, y otra, de unos 10 centímetros cuadrados, en la partecontraria, por donde se manipulará la lesión y se introducirá el cultivo reparador. Esta deriva de la cirugía hacia lo pequeño —insistimos, siempre que se pueda— es una de las causas para que el uso de tecnologías cada vez más complejas sea imprescindible. Si tradicionalmente se decía que los traumatólogos eran los carpinteros del cuerpo (y los estomatólogos o internistas, los fontaneros), ahora, en casoscomo este de uso de ingeniería tisular, los médicos se parecen más a un orfebre. No es alarde (o no solo). La recuperación del enfermo es mejor cuanto menor sea la herida. En este caso, a las tres o cuatro horas el paciente iba a recibir el alta y podía empezar a moverse de inmediato.
El uso de aparatos portátiles, sin cables, que pueden usarse en cualquier lugar —“en una selva, en un sitio sinluz”— es la última innovación de esta especie de compendio de tendencias médicas que fue la tarde de ayer.
Como corresponde a una lección magistral, el sistema tiene otra ventaja: la intercomunicabilidad. Guillén escogió tres lugares de los que recibir preguntas (Stanford, la Universidad de EE UU con la que ya había ensayado en junio el sistema, y otros dos de Suiza y Japón), aunque pudieronoírse voces mexicanas que entraban por otros cauces. Podía —no fue el caso— incluso pedir ayuda o recibir sugerencias.
Pero la docencia es solo una parte de la utilidad de esta conjunción de tecnologías. La posibilidad de asesorar a un médico poco experto en una técnica es la otra. Si este dispusiera de un sistema de transmisión como el de las gafas de Google, un especialista podría orientarle...
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