Cronica de cabezon
Estas son las palabras que me dijo el niño después de haberme ganado su confianza, o más bien luego de pagarle por sus palabras.Le dicen cabezón, tiene solo diez años pero aparenta tener 7, debe ser por la mala nutrición, antes ha crecido; para vivir a punta de aguapanela no se ve tan desnutrido. Dice vivir con su abuela, unaanciana de 72 años, “la cucha es una nota” “nada que ver con la que dicen que es mi madre, nos dejó con la vieja Asunción cuando éramos pequeños”. Pude ver en su cara un gesto, no de rencor pero side desilusión, mejor dicho, sin palabras me dijo, es el colmo que alguien haga eso.
Era difícil entrevistarlo, teniendo en cuenta que cada 60 segundos, tras el cambio del semáforo salía corriendo,luego volvía y me decía: “en qué quedamos pelada”.
La esperanza de este niño se enciende como el semáforo que ahora está en rojo, pero le dura tan poco, como el tiempo que dura el semáforo cuando estáen verde.
En pocos minutos, empieza a limpiar los vidrios de los carros, muchas veces le pitan o le echan el auto (casi a punto de atropellarlo) para que no lo limpie, le suben la ventana osimplemente lo ignoran, entonces es ahí cuando utiliza la estrategia, se lanza a limpiar el parabrisas, de esta forma el conductor se ve casi obligado a darle aunque sea una moneda, pero no todos lo hacen.Es la una de la tarde, el sol está pegando duro, el niño va y viene tras cada cambio, está desde las siete de la mañana y estará como hasta las siete de la noche, es una jornada larga, como dirían porahí, de sol a sol. Cuánto podrá ganar en un día? Me pregunto, mientras observo los carros seguir su ruta por toda la avenida pasoancho, muchos de ellos con rumbo hacia Ciudad Jardín, uno de losbarrios más play de la ciudad. Me parece injusto, lo veo y me digo, es tan solo un niño, debería estar estudiando, mientras él se mata por así decirlo trabajando en un semáforo durante casi doce horas...
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