Cronica De Un Campesino.

Crónica.

Por: Juan Camilo Panchalo Arredondo.

Este mundo no permite débiles, así como la historia de Colombia, ha sido la vida de Rulfer, un campesino caucano, artesano, carpintero, que fue desde “raspachin” de coca hasta viajero. Estos no son los únicos aspectos de este colombiano, un hombre de carácter, con raíces indígenas, quien fue criado en los tiempos en que no utilizaban zapatos. “Ayjue la vida” dice. Él por su parte, todos los días sube hasta la finca -unos dos kilómetros en pura montaña- y en la mañana mientras esta allá, se mueve de un lado a otro entre los árboles, arregla el jardín, recoge plátanos, corta maleza con su grande y tosca mano, y fabrica una vara con un chamizo de guadua y sube a un árbol como un joven, y empieza a bajar naranja-lima para que otros larecojan. Es mayor de 60 años y todavía tiene fuerza como de 50. Sus ojos negros saltan de un lado a otro en medio de la conversación, tiene la piel quemada por el sol, y sus dedos son anchos y en la punta esféricos, en el dedo índice de su mano derecha tiene la uña partida por la mitad verticalmente. Su rostro lleno de arrugas deja ver una larga vida, y en la conversación le es inevitable hablar de sushistorias, de cuando “lo mordieron las víboras” y dice: “la finca, nuuu, eso po’alla ha cambiado hartísimo”, y resalta en su rostro un quiste en el ojo derecho del tamaño de una canica.
Los vientos del sur son fríos, y el gran departamento del Cauca es un cañón entre dos cordilleras, a un lado del Macizo Colombiano. Allí, hacia 1971 tuvo su primera esposa, y trabajaba en haciendas cerca deYescas y en El Carmen, y le pagaban bien en ese entonces, ya que era fuerte, y uno de los pocos hombres que resistían el trabajo a pesar de lo joven. Después trabajó en una hacienda en el Valle del Cauca, e instalado en ese lugar fue donde tuvo contacto con el primer torno para trabajar la madera, aprendió a tornear y se encaminó como ebanista. Sus esculturas en madera son de distintas clases, tienenunos talles casi perfectos, delineados y largos, la superficie es lista, y en el rostro y las manos están los detalles, como grietas delineadas en la madera. Entre sus esculturas tiene un búho que está trabajando, en un tronco hizo toda la figura entera, y en la parte de abajo le fue esculpiendo las garras. Tiene diferentes figuras que impresionan: animales, personas, y personajes salidos de suimaginación.
El padre de Rulfer fabricó dos moldes con unos tablones, para hacer ladrillos de adobe. Emplearon barro y boñiga y unas bestias amarradas a un tronco, y había que estarlas azotando para que dieran vueltas y pisotearan el barro. Después lo echaban en el molde y dejaban secar. Con este proceso edificaron su casa. Su familia vivía cerca de donde vive, pero en la loma, al lado de unplatanal tenían su casa de bahareque. Cuenta con entusiasmo:
“Aquí nosotros cargábamos las piedras de las zanjas y ahí íbamos construyendo, ah pues con el Esgar, el sordo, él y yo fuimos los burros aquí, nosotros, nuuu, y a mí me tocaba porque yo era obediente pues yo no conocí, todo era negativo para los mayores, los mayores eran muy ignorantes, ellos pensaban una cosa y lo criaron a uno con esaignorancia, ellos nunca pensaron que uno podía darse cuenta, y a toda hora lo tenían encerrado a uno en oscuras…”.
Ahora esa casa está abandonada, Rulfer construyó su propia casa a un lado de la carretera Panamericana. Vive junto con su familia: María, su esposa que todos los días se encomienda a la virgen; su hija Estefany, que tiene 17 años y todavía no decide qué hacer con su vida; Cristofer,que en estos momentos está prestando servicio en la policía; y el más pequeño Uve, que todavía está en la escuela. Omar, hijastro de Rulfer, quien lo conoce casi como si fuera su padre biológico, dice: “Ese viejo es duro, me acuerdo cuando un carro cogió a la yegua, ya se iba morir allí, cuando el viejo llegó y la cosió, él solo, y la salvó. A mí también me tocó ahora, cosí a mi perro, ahí está...