cronica de un viaje en tren

El tren nuestro de cada día, una aventura cotidiana
Burzáco, estación ferroviaria, 06:35 hs de la mañana. Hay un viento invernal de esos que te invitan a quedarte en tu casa bajo el calor del hogar, es frío, seco y obliga a usar campera y guantes abrigados. Al transitar el poco iluminado paso bajo nivel le presto atención a las pintarrajeadas paredes, donde antes se podían ver llamativos ycoloridos grafitis, los cuales ahora están ocultos tras pintura opaca y firmas desprolijas. Subo la larga escalera de escalones cortos e incómodos que conectan el túnel con el andén, y como para variar, el guarda no me pide el boleto, simplemente se dispone a charlar con sus compañeros de trabajo, o algún conocido habitué de la estación. Ellos jamás se encargan de los boletos, puesto que del otro ladodel túnel, en la boletería, solo está abierta la ventanilla de pago exacto, en la cual te dicen que si no tenes las moneditas justas, no te molestes en pagar la tarifa. ¡Creo que un poco de compromiso no vendría nada mal! Puesto que desde antes de ingresar al andén ya se puede percibir el deficiente funcionamiento del ferrocarril y los asuntos que lo rodean.
El andén está muy solitario ytranquilo, al parecer no han pasado ni unos pocos minutos desde la llegada del tren anterior, el cual dejo la estación casi desierta, como si nada hubiera sucedido, proporcionando un escenario que irrumpe con la realidad cotidiana del lugar y la hora. Todo indica que tendré que esperar un rato. Ese ambiente cambiara muy pronto, la velocidad con la que llega la gente nunca deja de asombrarme, se forma unafila de pasajeros que nunca cesan de llegar. Algunos caminan muy apurados, como si no se dieran cuenta que ya han llegado a la estación, y solo les queda esperar el tren. Miran por si de casualidad ven la pequeña luz del tren que anuncia su llegada, luego miran la hora, como si con eso intentaran cambiar algo; se lo toman muy en serio. Otros se lo toman con más calma y se dedican a escucharmúsica, o simplemente observar la situación y disfrutar del momento previo al sacrificado viaje.
Luego de un rato miro la hora, noto que el tren ya se demoro unos 5 minutos, algo que trae grandes problemas y no es nada inusual. Se acumuló una cantidad de gente bastante superior a la normal. Sentado en un frío pero cómodo banco de cemento una mujer que espera a mi lado me confiesa su preocupación porquedar afuera del tren a causa de la multitud que lo espera. Intranquila me cuenta que ayer le ocurrió lo mismo, al rato de estar esperando se anuncio por el altoparlante demoras por falta de unidades, no pudo llegar a horario al trabajo, cosa que repercutirá en su sueldo. No sería raro que hoy ocurra lo mismo, los trenes se deterioran, quedan en los depósitos, no son arreglados, y poco a poco vanhabiendo menos trenes para cada vez más gente. Esa es la opinión de esta mujer, la cual comparto plenamente.
Afortunadamente no hubo que esperarlo mucho más, y entré satisfactoriamente al vagón, aunque mucha gente no lo logró. Rápidamente me di cuenta que me encontraba en el furgón. Con la mochila puesta en el pecho, para evitar tentar algún punga intento sacar mi libreta. Hay detalles que noquiero olvidar, pero esa tarea me resulta imposible frente a lo apretado que me encuentro. En cada parada la situación es engorrosa, gente que lucha por bajar, y gente que lucha por subir. Se genera una situación bastante tensa cuando en la estación de Banfield una tímida muchacha intenta subir con su bici, la cual es un gran estorbo para el común de los pasajeros.
¡no, bicicletas no!­—­ exclama conun tono de voz bastante alto un pasajero x.
¡¿Qué?! ¿Cómo que bicicletas no?— Grita otro pasajero, proveniente de los ciclistas ya instalados a mitad del vagón.
¡Acá ya no hay lugar para más nadie!— Protesta un pasajero x.
¿No te enteraste que estas viajando en el furgón papa?— indica peyorativamente otro ciclista
¡Dale che! Pedí permiso y pasa que las bicicletas tienen prioridad en este vagón—...