Cronica De Una Ironia

Páginas: 133 (33249 palabras) Publicado: 14 de abril de 2015
–Licenciado Corporal... –le llamó su asistente. 
   El susodicho levantó la vista de los papeles que estaba releyendo y miró a esa mujer. Llevaba puesta una falda negra a la mitad del muslo, ajustada a sus anchas caderas que se encaminaban a paso felino hacia él. Además, su blusa blanca semi desabotonada le daba un aspecto oficinal, aunque vulgar. El hombre suspiró, sabiendo lo que ocurriría;dejó sus papeles en la mesa y, aún con su pierna derecha sobre su pierna izquierda, se cruzó de brazos, en espera de la propuesta de esa mujer.
   La fémina interpretó eso como aprobación hacia lo que ella iba a hacer y se sentó en el escritorio donde el licenciado trabajaba; cruzó las piernas y se mordió el labio. El estricto abogado no se inmutó y eso emocionó mucho más a aquella secretariavulgar. Cuando se acercó a su rostro, dispuesta a besarlo, sintió el aliento del hombre y se detuvo al escuchar sus frías palabras.
–Estás despedida. 
   Fue tan directo como siempre. Era la quinta secretaria del mes a quien tenía que despedir por ofrecerse de una forma tan poco elegante. Parecían ninfómanas a quienes no les importaba el trabajo ni el dinero y sólo buscaban tener sexo con aquel exitosolicenciado. La mujer le vio con los ojos abiertos, muy sorprendida. Se notaba a leguas que ella no estaba acostumbrada a ser rechazada, pues era ciertamente hermosa, como aquellas modelos que salen en revistas. 
–Toma tus cosas y vete. –le dijo con dagas frías en lugar de palabras. 
   La secretaria no dijo nada, tomó sus pocas pertenencias, salió del privado del abogado en jefe, se despidió delas otras secretarias que estaban fuera del cubículo y se retiró del edificio. Justo le habían pagado su semana y no tenía ningún otro asunto que arreglar, pues estaba de prueba y no tenía ni siquiera un contrato.
   El licenciado suspiró y volvió a relajarse, pero sin cambiar su expresión. Tomó un cigarrillo del bolsillo de su pantalón y subió sus pies al escritorio, para alejarse un poco de larealidad. Pero sabía que eso no pasaría si tenía la puerta abierta. De ella, entró una mujer de cabellos cobrizos, con lentes de mucho aumento y traje gris de pantalón. 
–¡Rivaille! ¿Has despedido a otra pobre chica? –le gruñó mientras se acercaba a donde él se encontraba y suspiró. 
–No es mi culpa que todas sean unas cerdas ninfomaníacas. –le contestó con tranquilidad, mientras soltaba el humo quetenía retenido en sus pulmones.
–¿Qué es…? –Le miró sorprendida y frunció el entrecejo –¿No lo habías dejado ya? Dame eso. –le gruñó y tomó su cigarrillo, para apagarlo en un cenicero que hacía mucho no se usaba.
–Es mi problema si fumo o no –le gruñó –Además, es mi maldito privado. Privado, ¿sabes lo que significa eso? 
–Escucha. –llamó su atención, ignorando su anterior comentario –Si noconsigues una secretaria estable para el viernes, te asignaré a Sasha. 
   El licenciado se enderezó, mirando con odio a Hanji. Esa horrible mujer sabía dónde pegarle duro. 
–De acuerdo. Conseguiré una… Sólo no traigas a esa chica. Es torpe como una papa. –bufó. 
–Me alegra que nos entendamos –le sonrió y, antes de irse, le miró. –Rivaille… ¿No has considerado contratar a un chico? Si el problema son tusferomonas, entonces un hombre sería perfecto, ¿no crees? –rio.
–Si ninguno lleva falda de prostituta, entonces perfecto. –le contestó mientras sacaba otro cigarrillo de su pantalón, sin que la mujer lo divisase.
   Hanji sonrió y salió del privado de Lance Corporal Rivaille, su amigo de infancia. Aquel hombre tan frío como un témpano, tan directo como un niño pequeño y tan discrepante como unfelino furioso. Era una persona realmente extraña; siempre manteniendo ese entrecejo fruncido, con una cara igual de expresiva que una pared. Inflexible, inconforme y exigente. Siempre firme, seguro… y siempre en lo correcto. Nunca había perdido un solo caso que se le hubiese sido asignado. Ni uno solo, desde sus inicios litigando. Y es que él era un amante de su trabajo; había veces en que se...
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