Cronica De Unperiodista
¿Qué soy me pregunto? Cuando siento que “vivo camuflado en el cuerpo de otro” metido en la piel de un guerrillero camaleónico. Me llamo “Salvador Huertas” “armeruno” sobreviviente de la tragedia de Armero conocido en el medio subversivo con el alias de “Tito”. Entiendo que algunos esnobistas y gente de los medios me tachen de desquiciado pormis actos violentos de iniquidad perpetrados. Siempre que me preguntaban por qué lo había hecho, experimentaba algo tan fuerte que podría llamarse, inclusive, un desdoblamiento natural.
No sabía que responder y, cuando lo intentaba, tenía la sensación de no haber sido yo, sino otra persona la que los cometió. —No me entenderían si les dijera que, mis malas acciones fueron producto de unaactividad como muchas otras que se ejecutan por subsistencia—“Si hombre o mujer de antemano vieran el resultado de sus malas acciones, no las cometerían” Por mi condición de insurgente de la guerrilla, la justicia Colombiana me juzgó por el delito de concierto para delinquir con fines de extorción, rebelión y terrorismo sin traer a cuenta para rebaja de penas mis antecedentes perspicuos, de sanascostumbres, valores y principios que fueron abruptamente irrumpidos por la tragedia natural que le hizo a mi existencia un cambio extremo. Por ello tengo que pagar una larga condena de los cuales a la fecha, llevo cinco años de encierro entre rejas de estar en la soledad de una celda como un ermitaño, olvidado. Al respecto, viene a cuento una reflexión puntual de un militar de alto rango que mantiene lasubversión secuestrado en la selva inhóspita. Que enfermo y todo ha hecho gala de fortaleza y presencia de ánimo en la dura prueba:”No es el dolor físico el que me detiene, ni las cadenas en mi cuello lo que me atormenta, sino la agonía mental, la maldad del malo y la indiferencia del bueno, como si no valiésemos, como si no existiésemos”. Por años no recibo visitas. No tengo amigos, ni familia“la avalancha de Armero súbitamente me los arrebató”. Por eso es que, cada vez que mis pensamientos vuelan impávidos como intermitentes luciérnagas alternas sobre el desolado rastrojo de mi pasado que, enfilado me lleva hacia un presente espurio; “tengo una necesidad de trascender como ser humano y encontrar el sentido de la vida” llena de dificultades, miseria e incertidumbre. Se me hizo tarde lavida, de nada valió el esfuerzo de huirle a la realidad, siempre terminé trémulo, ahogado en llanto y temeroso, más viejo y menos fuerte que el día anterior “El temor y la esperanza son iguales en el fondo y tener fe profunda es eliminar el temor”. Entonces ¿Qué somos? Verdaderamente, cuando las finezas de un Dios que se humana y protege, brilla para mí con su ausencia desde los inicios de mi vida.No es excusa de culparlo, renegando de su existencia, ni de desconocer su celsitud omnipotente. Según el mundo existencialista “Soy de polvo a polvo“. El cuerpo no es más que un ropaje prestado, somos espíritus navegando a través de un tiempo que no existe. Así como la materia es eterna, el alma también, nada se pierde, todo se transforma; la muerte es el final de todo. Nacer es morir y morires nacer. Después de ella hay un abismo profundo y negro que como un espiral con la fuerza de un tornado se diluye misteriosamente en la paz eterna. Con lo anterior, no quiero caer en el paradigma de esta dualidad por el simple hecho de haber vivido una vida tan llena de bruscos contrastes o porque ahora me encuentro confiscado por muchos años en una cárcel de máxima seguridad reducido a unaárea húmeda y sombría demarcada por cuatro paredes y en una de las paredes una puerta metálica de gruesos barrotes que desde afuera aseguran los judiciales con pesadas cadenas y enormes candados enmohecidos. Quizá el dilema se resuelva con el tiempo cuando comprenda que si por estar equivocado cometí errores, faltado “Al más importante derecho, que es al derecho a equivocarnos”, para ...
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