Cronica

Elm Street:

La calle de las pesadillas

La primera vez que escuché hablar de la Calle Elm fue cuando tenía 10 años. Recuerdo que vi la película en la televisión que estaba en el cuatro de mispadres. Apagué la luz para bañar de oscuridad la habitación y fingir que estaba solo en un cine improvisado. Pronto me di cuenta que la Calle Elm podía ser la calle de mi casa, o de mis abuelos, o decualquier otro amigo del colegio. Su particularidad era nula, era un lugar donde los niños podían jugar en los jardines de las casas, frente a pistas vacías -donde rara vez pasaba un auto- y al lado delos árboles en las veredas.

Es posible que Wes Craven, el director de Pesadilla en Elm Street haya escogido situar las fechorías de Freddy Krueger en una calle típica de suburbio estadounidensepor su imagen apacible y hasta aburrida. Los suburbios fueron construidos a mediados del siglo XX para toda esa legión de soldados y sobrevivientes que regresaron de la II Guerra Mundial en busca de unafamilia y un trabajo donde puedan olvidar el horror vivido. Son refugios en las afueras de las grandes ciudades donde ninguna casa destaca por encima de otra, ni por diseño ni por tamaño, donde latranquilidad se confunde con la rutina, donde las ventanas no tienen rejas contra los ladrones, donde los vecinos no son ni ricos ni pobres y se conocen desde hace varios años, donde los domingos sepuede ver a padres e hijos lavando el auto o avocados en algún proyecto en el garaje de la casa.

Pero de noche, la calle Elm de Craven se vuelve oscura, con sombras sospechosas y amenazantes, concaminos húmedos y sonidos que parecen no provenir de ningún lado. El estereotipo de los escenarios de terror, calles solitarias -donde nadie puede ayudarte aunque grites–, lo recogió Craven de cintasanteriores, pero fue él quien le dio el protagonismo al lugar donde se desarrollan los hechos. Le puso nombre, la volvió reconocible y la convirtió en un referente del terror del cine. Nunca más el...