Cronica
Publicado en mayo 14, 2015
—Abue ¿Porqué el sol se oculta?
—Para recordarnos hijito que todo tiene un final y que debemos vivir intensamente cada momento, pero también nos recuerda que, a pesar que va oscureciendo, existe la promesa de que habrá siempre un nuevo día para intentar salir adelante.
—Abue… sabes muchas cosas ¿Porqué?
—He vivido muchos atardeceres hijito, debe ser poreso, ahora corre a jugar mientras hay luz.
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Publicado en Crónica Urbana, Cuentos, Mini Crónica, Niños con Alma | Etiquetado Actualidad,Arequipa, crónica corta, Crónica Urbana, Crónicas Urbanas, Creativa, cuento, cuento corto, cuento pequeño, Dignidad, Esperanza, historia, Historia corta, HistoriaUrbana, Infancia, microcuento,microficción, Muerte, Mujer, Niños, Niños con Alma, Reflexión, Urbana, Vejéz, Vida | Deja un comentario
Mi Madre Coraje
Publicado en mayo 9, 2015
Dedicado a mi abuelita Hilaria y a mi mamá Liliana
Mi madre me tuvo a los 42 años. Fui su última hija. También la que se quedó hasta el último con ella, la que le cerró los ojos luego que perdiéramos la batalla contra el cáncer. Al final ella ganó, se fuey me dejó, no esperó. Como siempre su carácter se impuso, ese rasgo por el cual muchos la recuerdan.
Pero ese carácter se le formó antes que naciera yo.
A la ciudad llegó muy jovencita, una chiquilla, a trabajar en casa de unos señores del pueblo con gran apellido. El señorito de la mansión se encaprichó con ella y finalmente se casó. Tuvieron dos hijos, mis hermanos mayores, los cualesrecibieron seguro mucho del cariño que supongo tuvo en esos primeros años como madre joven.
Pero esa alegría se le acababa a punta de maltratos y carencias. Allí, en medio de la falsa ilusión del “qué dirán” que impedía pedir a los demás alguna ayuda, aprendió a ahorrar las pesetas de la limosna que le daba ese marido señorial y abusivo. Guardaba esas monedas en una tetera que nunca se usaba por lo cara.Cuando las relaciones se resquebrajaron hasta llegar el golpe fatídico, había logrado ahorrar lo suficiente para regresarse al pueblo que la vio nacer, allá en ese valle interandino.
Cachana es un pueblo agrícola como cualquier otro. Allí se estableció con sus dos hijos y la mirada maledicente de los vecinos que no perdonaban que una madre soltera crezca y aún peor: sea una comerciante de tienda deabarrotes.
Mi madre solo estudió hasta tercero de primaria, lo suficiente para leer y escribir. Tenía una letra preciosista, que modelaba con delicadeza de quién no quiere equivocarse. Leía también lento, comprendiendo las palabras. Uno de sus libros favoritos era una edición sencilla de “Las mil y una noche”, cuyas historias le repitió a mi hijo y lo sucumbió a la fantasía de otros lugares,extraños y más felices. Pero eso da para otra historia.
Supongo que esas lecturas que acometía en las horas muertas del negocio, le formaron esa frase contundente suya, la que esgrimía mordiendo los dientes y apretando el orgullo cuando alguno la rebajaba por su humilde condición. “Algún día saldremos adelante”, nos decía. Una fuerza inconcebible la animaba a realizar distintas tareas para lograr eseobjetivo. Si lo piensas bien, es algo irreal, ilógico, no existe ese “adelante” que puedas tocar, porque siempre estará allí, es decir a pocos paso de ti si te esfuerzas, pero irremediablemente sin poder tocarlo.
Ya para cuando envió a los dos primeros hijos a los colegios superiores en Arequipa y Lima, el pueblo le estaba quedando chico. Ella estaba acostumbrada al trabajo y allí se aburría. Comoen todo pueblo agrícola, la vida transcurre en gran parte de la mañana entre levantarse temprano para las labores del campo, almorzar al lado de alguna acequia refrescante y volver por la tarde a las casas o del pueblo grande, para aquellos que bajaban a trabajar entres sus pocos negocios y oficinas.
Entonces acomete una nueva empresa: tendría su tienda en Cotahuasi, el pueblo más grande. Aún...
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