CRONICA
Todos alguna vez sentimos que estamos saturados de nosotros mismos; todos en algún momento necesitamos un cambio, un respiro.
Por Sandra Ríos
Un lugar lúgubre, sombrío y con miradas desconocidas; eso imaginé. Un cuarto lleno de varones que tienen algún tipo de vicio y adicción. Muchos imaginaríamos así un centro de rehabilitación, definiéndolo en una palabra; miedo. Lapredisposición a lo malo, a lo mal pensado, al estereotipo, hizo imaginarme a la persona que me contaría su historia como alguien con la típica mala vida. El característico hombre con marcas en el cuerpo, tatuajes, voz rasposa y que emplea la jerga. Al entrar, me di de bruces. Un podio, sillas, un hombre cantándole a Dios y otros que lo seguían. Fiesta. El lugar era toda una celebración, genteaplaudiendo, sonriendo y la música que se escuchaba por toda la cuadra. Desde la parte posterior sentí las miradas curiosas, eso fue lo único que noté. Entonces comencé a adivinar con la mirada quien sería la persona con la que hablaría Todo era completamente lo opuesto de lo que supuse. Después de todo no era tan malo. A los pocos minutos dirigí mi mirada hacía una persona en específico, me habíaestado observando. Era un hombre, de tez blanca, alto, polo negro, jean oscuro, mirada preguntona y dudosa. No le di importancia. Al haber finalizado el evento, finalmente me pusieron frente a la persona que me hablaría un poco de su vida. Ahora lo podía observar mejor, esos ojos marrones que transmitían un poco de nerviosismo. Entendible. Nadie le cuenta su vida a una persona que no conoce. Observeque traía una biblia con él; le pregunté su nombre. Y así comenzó a contarme, como él lo llamó “su testimonio”.
Su nombre es Martín Miranda Deza; y lo primero que dijo después de su nombre fue “tengo que advertirte que la historia que escucharás es muy fuerte”. Entonces lo miré a los ojos y pensé, ¿qué situaciones tan fuertes puede tener la historia de un adicto que ahora está enrehabilitación? Alcohol, droga, cárcel, muerte. Lo típico, lo escucho todos los días en el televisión siempre hablan de lo mismo, nada fuera de lo normal. Entonces volvió a hablar “yo no estoy aquí por problemas de drogadicción o alcoholismo; mi problema es otro, la homosexualidad”. Lo dicho, captó toda mi atención. ¿Qué acaso los centros de rehabilitación no eran para los adictos a algún tipo de sustancia?¿Cómo es que un centro de rehabilitación lo ayudaría con “su problema”? Pues sí, ahí estaba él mirándome a los ojos esperando algún tipo de reacción o gesto. No sé talvez esperaba que me parara y fuera a buscar a otra persona que me ayudara. Se quedó por un momento en silencio, y luego siguió. Nació y vivió la mayor parte de su vida en Surco, tuvo siempre lo que quiso, nunca le falto nada, su familiatiene una solvencia económica alta. Sus padres se separaron cuando tenía ocho años, pero su padre no solo se separó de su madre sino también de él; desde ese entonces se crio sin una figura paterna. De alguna manera, considera que si su padre hubiera sido una imagen varonil presente; otra hubiera sido su historia, diferente hubiera sido el destino. Fue sorpresivo cuando mencionó que su mamá fuemilitar; “imagínate el mundo tormentoso que yo tenía que vivir”. Lo que no pude evitar imaginar por un lado es la reacción de su madre al enterarse de su orientación, y por otro la angustia que tuvo que pasar él cuando le que contó respecto al tema. Afortunadamente ella puso en primer lugar a su hijo, su felicidad y bienestar; decidiendo apoyarlo en todo momento, y así es hasta hoy. Como todo joventuvo una vida de diversión. Eso sí, estudió Hoteleria y Turismo. En sus ojos y en sus gestos se puede apreciar la pasión que tiene por su carrera, y el gusto que siente con solo hablar de ello. Al terminar de hablar de sus estudios, suspira y prosigue con su historia, “he estado perdido en todo aspecto”. Entonces pone sus manos sobre sus rodillas, me mira a los ojos y dice que ha estado...
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