Cronica

LO QUE EL AGUA SE LLEVO Y NO VOLVERÁ:

Mi historia es muy simple y bastante triste, mi nombre es Lilia y soy una indígena de la tribu Shipia Wayuu en la alta guajira, en el año 2006 tuve a mi hijo John Jaider quien actualmente tiene 9 años, sin embargo, no aparenta su edad dado que está en un grave estado de desnutrición, en su primer año convulsionó y llevo 8 años tratando de buscar unasolución a este problema. La situación en la Guajira es cada día peor pues la sequía que nos acecha ya hace cuatro años atrás, mantiene a nuestra comunidad en graves problemas, no tenemos comida y tampoco agua potable para darles a nuestros hijos, la preocupación aumenta y así mismo la impotencia.
En muchas ocasiones trate de buscar ayuda y la única respuesta que conseguí fue “Señora, aquí no atendemosniños enfermos debería usted trasladarse a Uribia y de seguro allá la pueden ayudar” ¿Creen esas personas que si no tengo como darle de comer a mi hijo tendré el dinero para llevarlo hasta Uribia y pagar los tratamientos? Lo único que cruzó mi mente después de aquella respuesta fue un final nefasto y doloroso para mi hijo, quien en sus 9 años de lucha contra sí mismo y contra su estómago vacío notiene las facultades para decirme lo molesto que está y alguien podría llegar a preguntarme cómo puedo sacar aquella conclusión si él nunca me lo ha dicho, pero solo basta con entenderlo, pues ha tenido que sufrir y he tenido que ser yo quien con su cara de inocencia y muchas veces de dolor no he podido hacer nada al respecto, mi impotencia cada día crece más y así mismo mi dolor.
Actualmente en laguajira mueren dos niños por semana por no tener alimento ni agua potable, mujeres como yo quienes tenemos que sufrir la desesperación y la melancolía por ver sufrir a nuestros hijos en estas condiciones lo único que nos trae es desesperación, que alguien pueda responderme cómo puedo yo contestarle a mi hijo que no hay comida cuando tiene hambre o que no hay agua cuando tiene sed. Las mujeres de mitribu han tenido que pasar por lo mismo que estoy pasando, mi caso es uno de cientos que hay hoy en día en la Guajira, muchas de ellas han tenido que enterrarlos al lado de su ranchería y ni siquiera se reportan las muertes ya que ni tienen una muerte digna.
La tierra es árida, el calor es insoportable, los animales incluso mueren de hambre y por falta de energía agonizan horas en el desiertoporque el fenómeno del Niño acabo con los cultivos, arrasó todo a su paso y nosotros nos quedamos con el caloroso desierto y su paisaje sin vida, para llegar en donde nos encontramos hay que cruzar un camino de cuatro horas, bueno, si es que se le puede llamar camino a los rastros que hay en medio del desierto.
No obstante, el fenómeno del niño no es lo único que nos perjudica, el cierre de lafrontera con Venezuela no nos permite obtener alimento fácilmente, obtener ciertas cosas es mucho más complicado, no podría decir que la Guajira está completamente abandonada ya que si fuera así nuestra situación sería mucho peor, el gobierno sí ha destinado cierta cantidad de dinero para nosotros, sin embargo, los políticos que han llegado y han querido hacer alguna denuncia por la situación quevivimos, al final son perseguidos y muchos otros no reconocen en las condiciones que estamos.
Hace unos días Javier Rojas, el líder de nuestra comunidad nos comunicó que vendría un equipo de periodistas y médicos que nos ayudarían a examinar a nuestros hijos y a suministrarnos alimentos, agua y ciertos medicamentos que nos ayudarían, lo cierto es que me encontré con una realidad más absurda de la quecreía conocer, me encontré con millones de casos más en donde los niños han muerto de desnutrición y creía ser consciente de lo que estaba pasando pero no en esas magnitudes , en donde el líder comenta que ha habido más de 4.000 niños muertos por desnutrición en los últimos cuatros años.
Mi corazón cada vez se entristece más, no solo por la situación que vive mi hijo sino que hay más de 4,000...