cronicas

Crónicas de una ciudad triste
Capítulo 1
No todos los payasos nos hacen reír
Si fuese decisión de Dios yo no estaría escribiendo esto ahora, si fuese decisión de Dios yo no contemplaría la idea de hacer lo que estoy por hacer, si fuese decisión de Dios yo no sería una tragedia que esta por ocurrir, pero muy a mi pesar Dios decidió abandonarme años atrás y dejo las riendas de mi vida en manosincapaces, dejo las riendas de mi vida en mis manos.
Nunca he sido amante de la tragedia, el drama y todas las lágrimas y recuerdos absurdos que eso conlleva, y es por eso que a todos mis conocidos les pido que no me lloren cuando deje que el alcohol me dé algo de la valentía que se necesita para cometer suicidio. Pensé que un suicida era un ser humano cobarde hasta que llego mi turno, y he deadmitir que me equivoque. Juzgarme a mí mismo y sentenciarme al corredor de la muerte fue la parte fácil, Oh! Pero que difícil y complicado es ser también mi verdugo, las manos me tiemblan, el sudor frio se arrastra por mi pecho, mi cara siempre sonriente se distorsiona y al final tengo que bajar las manos, tomar aire y empezar de nuevo.
A muchos ni les importara si me muero o no, pero lacuriosidad es algo que ya viene integrado en el ser humano y la pregunta que se harán y lo que si les va a importar es el porqué de lo que hare. La respuesta es sencilla aunque un tanto larga y enredada pero me limitare a contar las partes estrictamente necesarias y evitare alargar esta carta demasiado.
Mi madre era una mujer hermosa, alegre, divertida y amorosa, eso por lo menos ante los ojos de losdemás, la realidad era muy diferente. La ruleta rusa que era la vida de mi madre, no la dejaba ver más allá de sus pastillas, su botella de vodka y sus cigarrillos baratos, no obstante eso no le impedía interpretar el papel de la madre perfecta.
No voy a mentir diciendo que mi progenitora me golpeaba o me gritaba, mi madre nunca lo hizo, estaba muy ocupada buscando al hombre de turno ointerpretando un rol patético de la mujer perfecta. Lo que sí hizo y he de darle un merecido reconocimiento por eso fue dejarme solo en cada una de mis penurias hasta que cumplí los 10 años, después me dejo solo para siempre. Nunca me imaginé que unas cuantas pastillas y una botella de alcohol tuvieran un efecto tan hermosamente mortal.
Después de la muerte de mi madre, me fui a vivir con unos tíos, pero esono es importante, mejor me salto todos esos años y voy directamente al momento en el que decidí convertirme en un payaso, un triste y patético payaso que cobraba una miseria por hora y tenía que aguantar a una jauría de niños molestos con caras sonrientes.
Corría el segundo semestre de 1994, había perdido mi trabajo y necesitaba urgentemente una entrada de dinero para poder mantenerme a flote enesta sociedad capitalista que cada día consumía más y aportaba menos. Estaba algo abatido así que decidí dar un pequeño paseo, tome el metro, específicamente el tren número A450, no tenía planeado nada en especial, dejaría que el tren me guiara.
Me baje en la antepenúltima estación y camine hasta un parque en el que se celebraba un cumpleaños, en él había un payaso haciendo figuras con globos aun grupo de pequeños bípedos ruidosos. Los observe hasta que el payaso se retiró con las ganancias de su día de trabajo, en ese momento me pareció una buena idea eso de trabajar en el mundo del entretenimiento y así fue como me convertí en Baggy el payaso, que nombre tan original.
Maldigo el día en el que me convertí en payaso, de por si era una persona emocionalmente inestable, pero esadecisión me cambio para siempre. Y es que en cada trabajo que realizaba, cada fiesta, cada globo con una estúpida forma de perrito, veía la alegría en los ojos de las personas y me hundía cada vez más en mi miseria. En cierto punto los odiaba por mostrar su felicidad, más que todo a los niños, esos pequeños gusanos alegres.
Pasaron los años y cada vez me iba peor, al parecer a los niños ya no les...