Crítica
Julián (Ricardo Darín) es un cura que intenta simbolizar el trabajo de decenas de sacerdotes en las villas metropolitanas. Estádesgastado y ya no tiene las mismas ganas. También están Nicolás (Jérémie Renier), un cura francés al que le tocó presenciar una escena traumática de violencia y Luciana (Martina Gusmán), unaasistente social. Los tres se relacionan con distintos personajes secundarios, chicos excluidos del sistema escolar y adictos al paco que pasan sus días en la villa 15 de Lugano, pero que aparecen de un modoperiférico, por eso la película en ningún momento se confunde con un documental. Es una historia de ficción con referencias a la realidad social, enmarcada en un espacio existente, que logratransmitir el dramatismo y la densidad de esa vida a través de planos y secuencias que impresionan.
La película logra atrapar, pero cae en algunas obviedades y exageraciones. La referencia a Carlos Mujicaes innecesaria y demagógica porque no tiene ningún tipo de relación con la historia que se cuenta, no era necesario agregar una referencia que sólo aporta al lugar común de la corrección política.Otra de las exageraciones es el modo en que se representan las actitudes clasistas. Los personajes de clase media que se acercan a la villa para ayudar aparecen como inmaculados, mientras que los pobresuna vez más son relacionados con el delito y el narcotráfico. Los curas son demasiado solidarios y desinteresados, y los policías demasiado ignorantes y asesinos, como una trama de superhéroes...
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