Crónica

Chimbotano en Trujillo

Luego de terminar el colegio, mis padres dejaron a mi elección la universidad en la que debía estudiar la carrera profesional que yo eligiera. A mí no me importaba tanto la institución como el lugar en donde quedaba. Así fue como llegué a Trujillo.

Yo no quería quedarme en Chimbote. Las universidades de allí no son tan prestigiosas como las de otros lugares y, además,estaba aburriéndome de vivir entre las mismas calles y con la misma gente, hacer siempre las mismas cosas y frecuentar los mismos lugares. Tampoco tenía muy seguro a dónde debía ir. Pensé en Lima, Piura, Tumbes, Ica, Tacna y Trujillo. Lima, demasiado agitada y cara; Piura y Tumbes, demasiado calurosas y llenas de mosquitos; Tacna, demasiado al sur, muy lejos de Chimbote. Trujillo parecía ser laciudad indicada para mí: clima primaveral (eso creí), no tan lejos de mi ciudad (tres horitas, nomás) y lo suficientemente amplia como para no aburrirme y lo suficientemente pequeña como para no perderme.

A mis padres no les gustó que estuviera tan decidido a irme; ellos albergaban la remota esperanza que eligiera quedarme en Chimbote. No les quedó más remedio que decirme: “ve y averigua quéuniversidades te pueden ofrecer lo que tú quieres”. “¿Mujeres y alcohol?, difícil”, pensé para mí y me reí silenciosamente de mi propia gracia.

Me vine a Trujillo un lunes muy de mañana. Pedí información en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), la Universidad Privada del Norte (UPN) y la Universidad César Vallejo (UCV) y luego llamé a mis padresdiciéndoles que me quedaría un día más porque el tiempo se me había ido volando sólo en dos universidades y que me faltaban otras dos. Al día siguiente, antes de tomar el bus de regreso, me dediqué a explorar la ciudad a mi manera: pasé la mañana en Huanchaco y por la tarde me fui al centro a mirar tiendas y a ver una película.

A mí papá no le terminaba de cuajar la idea de que su hijo, ese quehabía estudiando en cinco colegios distintos por problemas de conducta, viviera solo y en otra ciudad. Fue por eso que me condiciono a ingresar a la UNT si es que quería quedarme a estudiar acá, en Trujillo.

Acepté el reto. Acepté cualquier condición con tal de salir de Chimbote. Un lunes por la mañana, mis padres me dieron una tarjeta de débito, me desearon suerte y al cabo de pocas horas yaestaba nuevamente en Trujillo. Llegué al mismo hostal que la primera vez. Pedí el mismo cuarto. Dejé la mochila en un rincón y me dediqué a dormir hasta que el sueño decidiera irse solo.

Me quedé en aquel hostal por cinco días, que fue el tiempo que me tomó encontrar un lugar para vivir y traer algunas cosas de Chimbote. Como era viernes y mis clases comenzaban el lunes, aproveché el fin desemana para pulir ciertos detalles: encontrar un restaurant que me diera pensión, comprar las cosas que usaría en el Cepunt (Centro Preuniversitario de la Universidad Nacional de Trujillo), ordenar y limpiar el minidepartamento.

Conseguí ingresar a la UNT, a Ciencias de la Comunicación, luego de un ciclo preuniversitario bastante accidentado. Era difícil entender cómo había podido ingresar si casitodo el semestre de preparación me la pasé trasnochando con mis compañeros de aula, bebiendo ron y fumando marihuana. Estuve a un pelito de la expulsión cuando un amigo y yo fuimos descubiertos al intentar escapar por los baños traseros. Me puse al filo de la navaja en otra ocasión por llegar a un sumativo chino de risa y oliendo a resaca.

Una vez comenzada la universidad, el ritmo de vida quehabía llevado mientras estudiaba en el Cepunt no cambió mucho: la gran diferencia eran mis nuevos camaradas de juerga. Ahora incluíamos con mayor frecuencia a chicas en nuestras amanecidas y priorizábamos a aquellas que vivían en pensiones, aquellas que eran de otros lugares.

Por entonces comencé a salir con una compañera. En realidad nunca salimos, sólo teníamos encuentros furtivos en mi...