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 Mercado peruano demanda soluciones educativas más prácticas.

Los avances tecnológicos de estos últimos años nos colocan frente a un sinfín de oportunidades con crecimiento y expansión que nos llevan a aumentar nuestra productividad y competencia global. Por eso es importarte que el tema educativo esté alineado a la realidad tecnológica que se vive actualmente.
Orlando Perea Govea, elDirector General de Softline Perú, manifiesta: “La educación es un tema muy importante en términos empresariales y representa un contexto nacional que nos empuja a mejorar las plataformas o software que nos brindan soluciones rápidas y sobre todo flexibles”.
Una de las soluciones que favorecen este mercado educativo son aquellas herramientas que permiten numerosas características que garantizanmúltiples funciones en tiempo real y que aprovechen estos recursos y beneficios de estar en la nube y presenciar los avances tecnológicos en el propio negocio.
El Director General de Softline Perú agrega: “El lograr una plataforma o un licenciamiento práctico y a un costo accesible da una oportunidad a la industria educativa de brindar un servicio mejorado a sus alumnos. De esta forma podemos ejecutar unmodelo de negocios a través del desarrollo en el ámbito de la venta consultiva de software a todas las entidades educativas, ofreciendo una solución completa de licenciamiento aunada a una oferta de servicios y proyectos sobre dichas plataformas”.
Según Orlando Perea, debemos pensar en una forma práctica de acercar el software a la educación de manera colaborativa y participativa y que busqueuna mayor implicación de estos estudiantes quienes representan parte del cliente final del software que se está usando.
Se debe integrar la tecnología en el aula de una manera más profunda y real para que el porcentaje de alumnos y de colegios, universidades y de instituciones aumente en cuanto al uso y a la importancia de poseer una tecnología y un software que ejerza las capacidades al máximo.Editorial: Educación para el crecimiento
El Gobierno está generando y manteniendo una serie de normas que dificultan y desincentivan la inversión privada en educación

La calidad de nuestra educación en todos sus niveles es uno de los principales problemas que tiene el país. De hecho, tanto en el caso de la educación escolar, como en el de la superior, abundan los indicadores que nos colocan delleno en el Tercer Mundo.
Demás está decir que este problema aminora anualmente, de mil y un maneras, nuestro crecimiento y, por tanto, la generación de las oportunidades con las que se disminuye la pobreza. Como bien recordaba hace un tiempo el decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico, Gustavo Yamada, el 50% de las empresas grandes del país declara tener dificultades paracontratar mano de obra calificada. Un porcentaje que solo es esperable que aumente conforme nuestra economía siga sofisticándose  –hasta donde pueda, al menos– sin que vaya acompañada por una paralela mejora de la educación. Recordemos que según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) solo entre el 2004 y el 2012 la demanda por trabajadores calificados con educación superior se incrementó en 40%.Por otro lado, es también evidente que esta situación tiene un alto costo a nivel de las oportunidades que el sistema pueda generar con la mayor independencia posible del origen socioeconómico de cada cual. Las posibilidades de agregar valor a la cadena productiva (y, por lo tanto, de generar riqueza para sí mismos) que tienen los jóvenes que salen del colegio sin poder comprender lo que leen orealizar operaciones básicas de matemática están limitadas de arranque.
Así las cosas, es preocupante que el Gobierno esté generando y manteniendo una serie de normas que dificultan y desincentivan la inversión privada en educación y, por lo tanto, las posibilidades de que la competencia vaya empujando por mejores calidades en los diferentes nichos de precios del mercado educativo. Sobre todo,...